El Espanyol, contra toda lógica
Imbatido ante el Cádiz después de seis derrotas seguidas, sin gol por primera vez desde que la Liga se reanudó en Nochevieja, la permanencia se acerca un punto pero se aleja de la razón.
No hay una escena más clara para explicar la situación del Espanyol que el epílogo del desesperante partido ante el Cádiz. Pitido final, caras largas, silencio, un pequeño sector del estadio que se confundía con la afición amarilla entonando espontáneamente el “sí, se puede”, y de nuevo silencio, totalmente perturbador.
Obviamente, se podrá mientras las matemáticas no digan lo contrario, y en ese sentido la derrota del Almería ante el Athletic, que dejará la salvación a dos puntos al final de esta jornada pase lo que pase, se empeña en dar esperanzas. Pero el pueblo perico, desde los jugadores, técnico, club y por supuesto afición, sabe perfectamente que lo que necesita es ganar, no depender continuamente de otros, y que con el 0-0 del viernes probablemente dejó escapar su último gran tren hacia una permanencia por la vía realista en Primera. Ahora lo que queda es seguir comprando billetes, en forma de victorias (las que apenas se han cosechado en 30 jornadas) por si en la estación se detiene el tren del más difícil todavía. Que, eso sí, luce de blanquiazul de tantas veces que llevó al Espanyol a su destino en el pasado.
“El equipo cree, nos sentimos en deuda con la gente después del recibimiento y del ambientazo en el estadio, pero sólo queda seguir para adelante y no bajar los brazos”, descifra, aún con la congoja de un punto insuficiente, un Leandro Cabrera que pudo participar de la quinta portería a cero de toda la temporada. Una buena noticia, en condiciones normales, viniendo de seis derrotas consecutivas en que el rival había anotado dos o más goles. Pero que no se amparó en la efectividad ofensiva que ha acompañado al equipo toda la temporada, letal incluso cuando no jugaba a nada. Frente al Cádiz, quebró otra racha, la de 15 jornadas seguidas marcando, todas desde el regreso de la Liga tras el parón por la Copa del Mundo.
Porque si la salvación se antoja una montaña no será por el 0-0 ante el Cádiz sino por todo lo de antes. Sin duda, la planificación, la gestión de Chen Yansheng y sus subordinados y, más recientemente, la pérdida de tiempo con el cambio de entrenador, desaprovechando un parón liguero idóneo para que Luis García inculcara su ideario. Que está calando, como se vio sobre el terreno de juego, sobre todo en el segundo tiempo, una vez la mente se desbloqueó frente a la tensión y las piernas pudieron obedecer.
“El equipo cree”
“Las ideas cada vez fluyen más y de aquí a final de temporada debemos crecer cada partido y los puntos creemos que van a llegar porque estamos haciendo un buen trabajo y tenemos la ilusión y las ganas de sacar esto adelante”, resuelve en ese sentido Cabrera, quien cree que a diferencia del descenso de 2020, ahora el equipo “tiene ilusión y muchas armas, compite de principio a fin. Son sensaciones muy diferentes”. “No es la situación que queremos pero estamos mentalmente preparados para todo lo que queda”, asegura el central.
Invertir la media inglesa
En la realidad de un Espanyol con 28 puntos a falta de ocho jornadas, después de haber sumado sólo uno de los últimos 21 en juego, la permanencia pasaría por invertir en el futuro inmediato la media inglesa. Es decir, hacer bueno el mal empate contra el Cádiz con una victoria el próximo jueves en la visita al Villarreal, en la que el club fletará autocares gratis para socios. Y, por supuesto, derrotando tres días después en el RCDE Stadium al Getafe, otro rival directísimo. Y a seguir echando cuentas y siguiendo el desarrollo del resto de partidos de cada jornada, un ejercicio que quita años de vida. Igual que el propio Espanyol de Chen.