El despegue de Sergio Ramos
El camero ya apunta a gran líder de la defensa del Sevilla, pero algunos lances desgraciados que costaron puntos rebajan su calificación. Y todo, en apenas un mes.
Teze dejó al Sevilla con la miel en los labios de una gran victoria europea, la que hubiera sido primera a domicilio en casi tres años, pues no gana de viajero continental desde que derrotó al Rennes en la fase de grupos de Champions el 8 de diciembre de 2020. Y Sergio Ramos se quedó también sin su primer triunfo de campanillas desde que regresó a Nervión. El defensa camero cuajó un gran partido en el marcaje a Luuk de Jong y los balones aéreos, dio a Gudelj el 0-1 y luego se vio involucrado en dos jugadas de desgracia que significaron los goles del PSV: el dudoso penalti del 1-1 y la falta a Lozano, innecesaria (y también difusa) que dio lugar al 2-2 en los instantes finales.
Se cumple justo un mes desde que Ramos comenzó a entrenarse a las órdenes de Mendilibar, después de todo un verano ejércitándose por su cuenta. Prácticamente, el camero se encuentra todavía rematando su pretemporada, con lo que las señales de buena forma y la capacidad para liderar la zaga ya comienzan a significar mucho en el Sevilla. Se le nota que aún debe alcanzar el estado óptimo y quizá ese puntito de más le ayude a evitar lances de mala suerte como el que provocó el autogol en Barcelona, a la postre fundamental en la victoria de los azulgrana en la última jornada liguera.
Se puede decir que Sergio ha alcanzado ya la velocidad necesaria y ahora debe despegar para convertirse en lo que ya se barrunta: el líder y el pilar sobre el que edificar, otra vez, un Sevilla capaz de pelear por los puestos de arriba y un equipo capaz de sortear esta fase de Champions. Con partidos como el de Monjüic o el del Philips Stadion, brillantes por momentos pero también repletos de dudas, se ha comenzado a cimentar una prometedora mejoría que todavía no se ha confirmado. El Rayo Vallecano, este sábado en el Sánchez-Pijzuán, volverá a plantear varias cuestiones.
Justo antes de un parón en el que recalibrar al Sevilla de nuevo, el encuentro ante los vallecanos debe servir para dejar al equipo orientado de cara a otro tramo fundamental de la campaña, tanto en Europa como en LaLiga. Un nuevo tropiezo doméstico provocaría que renacieran las dudas sobre José Luis Mendilibar, la capacidad de la plantilla y, si juega, el mismo Sergio Ramos. En Nervión ya es mayoría la corriente que opina que hay mimbres suficientes para soñar y, a pesar de algún titubeo, en esa mejoría también se incluye la presencia de Ramos. Para todas esas sensaciones ha llegado el momento de despegar.