El ‘club de los 100M€’ tiene dos nuevos miembros
Tchouaméni y Darwin amplían la nómina de integrantes hasta los 14. Bale lo inauguró, Neymar lo domina.
El sistema decimal y el propio calendario gregoriano hicieron del número cien una cifra redonda, un objetivo deseable, ese listón en lo que todo lo que lo supere es ‘mucho’. La Historia se rige bien por los siglos, de centena en centena, y de ahí, hasta los 100 metros lisos, este número de tres cifras ha condicionado los objetivos desde su aparición.
En el fútbol también es un número reseñable. Llegar a cien partidos en un club o en una selección te convierten en leyenda igual que los cien goles anotados para una misma camiseta o que un club llegue a los cien años de vida y actividad, un año que acaba convirtiéndose en una fiesta para toda una afición más allá de lo que pase en el verde.
El mercado de fichajes entró en una nueva era de precios con el cambio de las distintas divisas continentales al euro. La unidad de medida del dólar, la libra y esta moneda europea pasaba a ser la unidad (un euro frente a las cien pesetas) y así la centena volvía a ser un listón tan marcado como, en apariencia, inalcanzable para pagar por un solo jugador.
El récord de Cristiano Ronaldo como jugador más caro de la historia en 2009 con los 94 millones de euros pagados por el Real Madrid al Manchester United dejó el listón a punto de caer y puso los cimientos del ‘Club de los 100 M€’. Este lo inauguró finalmente el Real Madrid con otro atacante llegado desde la Premier League, Gareth Bale.
El galés fue el que lo fundó y estos días de junio de 2022 da la bienvenida a dos nuevos integrantes, Aurelién Tchouaméni y Darwin Núñez. Estos entran dependientes de las variables, pero el 80+20 que pagará el Real Madrid por el galo junto al 75+25 del Liverpool por el charrúa les convierte en los miembros 13 y 14 de este exclusivo club del balompié.
La lista la dominan dos traspasos del PSG con Neymar como ‘presidente’ del club y dueño de la zona VIP. Solo el brasileño ha superado los doscientos con el pago de 222 M€ por parte del PSG al Barcelona para entregarle el 10 de París en 2017.
Solo días después, como si de un atleta o un nadador en plenos Juegos se tratara, el PSG se apuntó la plata del mercado firmando una cesión con opción obligatoria de compra de 180 millones de euros con el Mónaco por Kylian Mbappé. Por si fuera poco, los parisinos han aguantado ya varias acometidas de otros clubes por ambos jugadores y los dos han seguido con su destino ligado al conjunto de la capital de Francia.
El bronce y el cuarto puesto son para la reinversión del fichaje de Neymar por parte del Barcelona en dos fichajes que se han demostrado poco rentables como Ousmane Dembélé (140 M€ al B.Dortmund) y Coutinho (135 M€ al Liverpool). Ninguno de los dos dieron el resultado esperado y tampoco han dejado un gran retorno económico en las arcas culés.
Ambos dos y Jack Grealish son los dos mejores ejemplos de que entrar en este club puede suponer una losa y no asegura el éxito una vez efectuado el traspaso. El inglés aún tiene tiempo de ‘remontar’, pero hay varias operaciones en este tramo de coste que se pueden considerar por debajo de las expectativas. Pasó con la marcha de Griezmann a Barcelona, la de Hazard al Real Madrid, donde ha prometido reivindicarse la próxima campaña, la de Pogba al Manchester United, ya que el francés saldrá libre y dejando menos fútbol del esperado o la de Lukaku al Chelsea. Después del pago de 113 millones al Inter de Milan, el belga no ha encajado bien en Londres y desea volver a Lombardía.
Por contra, Bale si rindió en Madrid, aunque con sus sombras, João Félix (127,20 millones de euros) también lo hace en el Atlético de Madrid, que aún sabe que puede dar más y también Cristiano Ronaldo en la Juventus, aunque la Champions League se le escapara.
Tras un gran rendimiento y el acuerdo con Benfica y Mónaco de sus respectivos nuevos clubes, Núñez y Tchouaméni llegan al Bernabéu y Anfield con el carnet de los 100 millones en el bolsillo y a estrenar. Uno que se puede transformar en un recuerdo anecdótico al fondo del cajón o en una ‘cantinela’ que persiga y se use como piedra arrojadiza. De su rendimiento dependerá el adjetivo que seguirá a su precio. Uno que ya forma parte de la historia.