Correa, ante un reto recurrente
El argentino afronta el tramo final de curso con la ambición de ganarse un sitio en el once. Viene de no jugar con Argentina y el buen momento del equipo le obliga a esperar.
Son tantas las veces que se ha caído como aquellas que se ha levantado. La historia de Ángel Correa en el Atlético de Madrid va ligada a la perseverancia y el trabajo, por lo que pocos dudan de que le volverá a llegar su momento. No obstante, el argentino ha vuelto a perder protagonismo con los rojiblancos. La condición de indiscutible de Griezmann y el acierto goleador de Morata en los últimos encuentros le vuelven a cerrar las puertas de la titularidad. Apunta al banquillo por cuarta jornada consecutiva y viene de no jugar un solo minuto con Argentina en el parón de selecciones. Pero Correa no decae.
Y es que Simeone confía en él. Es el jugador número 12 del equipo, y así lo hacen ver sus números. En la presente campaña, siempre que ha estado disponible, ha saltado al verde. Solo ante el Elche en Liga (2-0) el argentino se quedó sin participar tras haber entrado en la convocatoria. Sabe que el trabajo paga y cuenta con innumerables ejemplos que se lo demuestran. Uno de los más claros data de abril de 2021.
Hace dos temporadas y precisamente ante el Betis, el ex de San Lorenzo vivió en el Benito Villamarín una de sus tardes más amargas como rojiblanco. Con el Atlético jugándose LaLiga, y tras haber sido protagonista en partidos anteriores por su falta de puntería, Correa erró dos claras ocasiones de gol que le costaron al equipo dos puntos (1-1). Sus lágrimas tras el partido encontraron consuelo en los hombros de Simeone y fueron el punto de partida de un final de curso impoluto en el plano personal. En los ocho partidos restantes, anotó cinco goles y terminó siendo decisivo en la conquista del campeonato.
Forjado en la adversidad
El rosarino suma, con esta, su octava temporada como colchonero y está acostumbrado, como nadie, a la adversidad. Nada más llegar al club, en mayo de 2014, se le diagnosticó una afección cardiaca por la que tuvo que ser operado. Permaneció alejado de los terrenos de juego seis meses en los que le invadió la incertidumbre. Llegó incluso a replantearse su futuro como futbolista. “Si en la operación tocaban el corazón, no podría volver a realizar actividad de alto rendimiento”, reconoció el pasado mes de septiembre, en el documental ‘Otra forma de entender la vida’.
A sus 19 años, lejos de empequeñecerse, se hizo grande. Futbolista. El club confió en él y el argentino fue ganando protagonismo y confianza en el Atlético. A base de fe. Desde entonces, ha disputado 363 partidos como rojiblanco en los que ha anotado 65 tantos, y se ha convertido en uno de los hombres más queridos por la afición.
Este domingo vuelve a medirse al conjunto bético, y el recuerdo de aquel 11 de abril de hace dos años le sitúa frente al espejo. En Argentina cuenta con un papel secundario. La competencia es muy alta y Scaloni no le ha dado minutos en ninguno de los dos partidos que ha jugado ‘La Albiceleste’ durante el parón. Tampoco en el Atlético ha disfrutado recientemente del protagonismo que le gustaría. Tras partir como titular ante el Athletic Club (salió sustituido en el 59′), fue suplente ante Real Madrid, Sevilla y Valencia. La irrupción de Memphis y la consagración de Griezmann le condenaron al banquillo. También el buen momento de Llorente y De Paul en el interior.
Así, la cita ante los andaluces puede volver a suponer un punto y aparte en su temporada. Con Morata por delante, Correa se ha ejercitado toda la semana junto a los teóricos suplentes. Solo en el último tramo del entrenamiento de este sábado Simeone les intercambió, por lo que apunta nuevamente al banquillo. Algo que no inquieta al de Rosario (Argentina). Llegados momentos de dificultad, nadie duda de su capacidad para revertir la situación. Correa se enfrenta a un reto que ya conoce y que afronta como de costumbre. Desde la resiliencia.