Baena liquida a Las Palmas en el segundo tiempo
Su fastuosa actuación tras el descanso le bastó al Villarreal. Los locales, con el agónico gol de Fuster, rozaron el empate. McBurnie, chilena al larguero.
Con calidad primero y resistencia después. Así alicató el Villarreal su triunfo de este sábado. Tenía el partido atado pero acabó pidiendo la hora ante el empuje de Las Palmas, a quien el gol de Manu Fuster prendió la llama de una remontada finalmente sofocada. Los locales, cuesta abajo y sin frenos ahora mismo, volvieron a llegar tardísimo al partido en este deficiente inicio de año.
Esta tarde, cómo no, se sucedieron los homenajes y muestras de apoyo para Kirian Rodríguez, que debe parar inmediatamente de jugar al ver cómo se le ha reactivado el linfoma de Hodgkin. Los futbolistas de ambos equipos saltaron al césped con una camiseta en su honor, compartieron el mismo mensaje y, en el minuto 20, el de su dorsal, se vivió un momento precioso: el partido se paró y todo el Estadio de Gran Canaria, en pie y aplaudiendo, empezó a corear su nombre.
Parecía Las Palmas aturdida, acaso digiriendo todavía lo sucedido con Kirian, así que, por lo que se veía sobre el césped, tenía toda la pinta de que el Villarreal iba a pescar en río revuelto. Si primero el recuperado Baena ofreció peligro apenas a los tres minutos, poco después el grancanario Yeremy Pino dejó el balón muy largo tras un fallo de Mármol que le dejaba solo delante de Cillessen.
Se iba desperezando poco a poco la hueste insular, desde luego el mejor homenaje que le puede hacer a su capitán. Javi Muñoz, un valor seguro, colgó una pelota que solo él vio con destino a McBurnie, que a punto estuvo de marcar una preciosa volea tras una furiosa contra de Las Palmas, que empezaba a amasar balón.
Cuanto más cuero tenga su equipo más imparable se siente Moleiro, un diablo con la redonda en los pies, casi indetectable para la defensa visitante, olor a peligro constante, el mejor de los suyos en un primer acto que, de milagro, no acabó con gol de Sandro, que volvía a la titularidad tras perderse el partido de Girona por problemas musculares. Le pasará lo mismo con el que viene, en Mallorca, por acumulación de amonestaciones.
Galones
Álex Baena tiró de galones tras el descanso. En la primera jugada ya había provocado un córner y en el minuto 53 remató casi a placer el 0-1 tras una asistencia de Cardona. Un suspiro después Yeremy perdonó el 0-2 tras otro fallo de Mármol, lo que no hizo Ayoze tras una estupenda dejada de, cómo no, Baena. El partido por montera para el internacional español, dominador como pocos futbolistas se han visto este curso por el Estadio de Gran Canaria.
El posterior fallo de McBurnie que pudo significar el 1-2 lo remendó Fuster, de rebote, en una recta final en la que Las Palmas, de pronto, apretó lo que no pudo antes. Hasta el propio McBurnie, de chilena, reventó el balón contra el larguero del cuentista Conde, que se tomó en serio que hoy se reparten los premios Goya en la gran noche del cine patrio.
Quién lo iba a decir, así de amarrado tenía el partido tanto por distancia en el marcador como por sensaciones, pero el Villarreal acabó pidiendo la hora en ese eterno descuento de 10 minutos. Los de Marcelino continúan pese a todo su colosal temporada ganándole a una Unión Deportiva Las Palmas que, en plena caída libre, apenas ha sumado un punto de los 15 en disputa en 2025. El descenso, como las malas melodías en las que se aparecen los fantasmas, que cantara Estopa, aprieta cada día más.
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