Aprobados y suspensos del Madrid: insulso Tchouameni...
Asensio se queda en conato de gran partido. Nacho se las tuvo que ver con Chukwueze, que hizo un partidazo.
Courtois: Paró bastante y a pesar de eso encajó tres goles.
Lucas Vázquez: Se le vio poco. Extraño en él cuando juega de lateral.
Rüdiger: Arrancó el partido rozando el gol de cabeza. Las tuvo tiesas con Yeremi Pino. Gran intensidad en el juego del alemán.
Alaba: Quedó señalado en el gol de Chukwueze, en el que dejó su puesto para ir a no se sabe muy bien dónde. Nacho lo sufrió.
Nacho: Se las tuvo que ver con Chukwueze, que hizo un partidazo. Así que bailó con la más fea. Salió en la foto del primer gol del empate del Villarreal.
Tchouameni: Su partido fue un tanto insulso.
Ceballos: Perdió una oportunidad de hacerse valer. No tuvo mucho peso en ningún momento del encuentro y además estuvo blando en un par de balones en la frontal del área del Madrid que fueron jugadas de peligro para su equipo.
Asensio: Jugó hasta el minuto 60 en la mediapunta, en un puesto que parecía haber fabricado Ancelotti para él con el 4-2-3-1. Y su primera parte fue redonda. Gran galopada en el primer gol del Madrid. Apuntaba a partido redondo, por fin, del balear… Pero se fue diluyendo.
Rodrygo: No era su noche, no estuvo fino en ningún momento del partido. Sigue alimentando el mito de que rinde mejor cuando sale desde el banquillo.
Benzema: Salió en el minuto 58 para reservarse para el Chelsea sin haber tenido ni siquiera una ocasión de gol.
Vinicius: Sigue en un momento extraordinario. Vuelca el campo del Madrid a su banda constantemente, no rehúye ir adelante una y otra vez ni enzarzarse en luchas con cualquiera. Jugadón para marcar. El único lunar, algún fallo más en el remate.
Banquillo.
Militao: Se quedó enganchado en el segundo gol del Villarreal, en el que el linier señaló equivocadamente fuera de juego de Chukwueze. El VAR lo arregló.
Valverde: Con su entrada el Madrid volvió a su habitual 4-3-3.
Modric: Entró por Tchouameni en el 75′.
Camavinga: Se nota mucho cuando está en el campo, es decir, siempre tiene influencia en el juego.