Real Madrid

Anzarda, el primer Mastantuono: “Debe evolucionar, no ser tan individualista”

El argentino fue el primer jugador que hizo el viaje de River al Real Madrid. Le fichó Bernabéu: “Su sola presencia imponía mucho. Me dijo que siguiese la senda de Di Stéfano”.

Este extremo izquierdo argentino hizo historia al llegar al Real Madrid en 1971, convirtiéndose en el primer futbolista en llegar a la capital española directamente desde Núñez. Es cierto que no duró mucho en Chamartín: Tan solo dos temporadas en las que jugó 32 partidos con 9 goles a sus espaldas. Pese a tener olfato goleador, el natural de San Javier era demasiado lento con el balón en los pies, lo que desesperaba a la grada. Llegó para sustituir a Gento y se acabó marchando al Betis.
David Alonso
Actualizado a

Sólo tres futbolistas antes de Mastantuono realizaron el viaje directo, sin escalas, del Monumental de Buenos Aires al Santiago Bernabéu: Gonzalo Higuaín en 2006, Oscar Pinino Más en 1973 y Eduardo Anzarda en 1971. Este último, conocido como Chavo, fue un buen jugador de ataque al que el Madrid pretendía asignar el rol de sustituto del legendario Paco Gento, recién retirado aquel verano.

Las similitudes entre Anzarda y Mastantuono revelan un paralelismo asombroso con 54 años de diferencia. Zurdos ambos, de marcado talante ofensivo, formados desde niños en la cantera de River Plate, con pocos partidos en el primer equipo cuando les llamó el Real Madrid y con una enorme expectación generada como caldo de cultivo previo a su llegada, el Chavo (Buenos Aires, 1950) rememora en AS el curioso proceso de su fichaje y cómo resultó su aterrizaje en un club idolatrado al otro lado del Atlántico.

Anzarda, el primer Mastantuono: “Debe evolucionar, no ser tan individualista”
Mastantuono. JAVIER GANDUL

“La llegada de mi compatriota a Madrid me trae muy buenos recuerdos. Es cierto que son casos similares, aunque la forma en la que yo me enteré del interés del Real fue muy diferente por la escasa información y la mala comunicación que había en aquella época, a principios de los 70”, cuenta Anzarda desde Argentina.

A sus 75 años recuerda con precisión cómo se desencadenó el proceso: “Yo había debutado con River un año antes, en 1970, marcando dos goles a Racing en Avellaneda, con el brasileño y exmadridista Didí como entrenador nuestro. Después de aquello apenas jugué diez partidos más, así que no podía imaginar que un club como el Madrid se fijaría en mí. Por ese motivo, cuando el capitán de River, Carlitos Della Savia, me dijo que un emisario del Real Madrid había llegado a Buenos Aires para verme, que había contactado con él para hacer de intermediario y que tenía que estar a las tres de la tarde en un hotel del centro de la capital, pensé que era una broma que pretendían gastarme los veteranos por ser un joven con poca experiencia. Obviamente, ni me presenté...”.

Al día siguiente quiso que la tierra le tragase: “Fui al entrenamiento ufano, orgulloso de no haber caído en la trampa y pensando que me reiría yo de ellos. Sin embargo, vi llegar corriendo hacia mí a Della Savia furioso, gritándome y diciéndome que le había hecho quedar fatal con el directivo madridista. Ahí comprendí que no era una chanza y quedé impactado. Pedí disculpas a todos y esa misma tarde fui a ver a Jesús López Patiño, que así se llamaba el emisario que vino a verme desde España. Tremendo”.

Anzarda, el primer Mastantuono: “Debe evolucionar, no ser tan individualista”
Anzarda.

La gestión fue rápida y Chavo aterrizó en Madrid poco después: “Me asombró la cantidad de periodistas que había en la escalerilla del avión en la pista de Barajas esperándome. Eran más de veinte. Yo era muy joven, había jugado poco en la élite, pensé que no me conocería nadie y me sorprendió bastante. Sin haberme visto jugar me habían catalogado como el heredero de Gento. Me puse nervioso, pero fue un instante inolvidable”.

A Mastantuono le ha dado la bienvenida Florentino Pérez y a Anzarda lo recibió Santiago Bernabéu: “Su figura impactaba. Su sola presencia imponía muchísimo. Conocí a una persona sencilla a la que todos veneraban y respetaban con fervor. Me dijo que tenía que seguir la senda de Di Stéfano en el club, que el Madrid iba a ser mi nueva casa y que me apoyaría en todo lo que fuera necesario. Llegué el mismo año que Santillana, Verdugo y Corral. Don Santiago, que quería tenernos controlados, nos mandó a los cuatro a una pensión en la que doña Pilar cuidaba de nosotros como si fuera una segunda madre”.

En algún rincón de su memoria guarda como un tesoro los recuerdos del tiempo que vistió la camiseta blanca del Madrid: “Aquel equipo era una maravilla. Tuve el privilegio de compartir cancha con compañeros que eran auténticos fenómenos en el campo y fuera. Velázquez, Amancio, Pirri, Zoco, Grosso, Benito y todos los muchachos eran futbolistas de enorme nivel. En mi primer año allí pude participar en el título de Liga que conquistamos”, evoca con nostalgia.

El Madrid le cautivó en todos los sentidos: “En el día de la madre en Argentina llamé a mi mamá y me dijo, emocionada, que me agradecía de corazón que le hubiera enviado flores. Yo le contesté que no había mandado nada. Ni siquiera sabía que se podía hacer eso desde un lugar tan lejano. Fue el club, que se preocupaba de todos los detalles. También me emocionó mucho que me invitasen a la celebración del Centenario en 2002. Sin haber sido alguien importante allí y estando sólo dos años me escribieron diciéndome que sería un honor que fuese a Madrid para una conmemoración tan icónica. Eso acrecentó aún más mi cariño por el club”.

“Me ilusiona un nuevo argentino en la Casa Blanca”

Chavo, admirador de Pelé, disfrutó después siete fantásticos años en el Betis y acabó su carrera en All Boys previo paso por Platense, pero su admiración por el Real Madrid se mantiene intacta hasta nuestros días: “Es imposible no recordar con un enorme aprecio aquella etapa. Ojalá Franco pueda sentir también la grandeza de la entidad. Me hace ilusión que volvamos a tener un argentino en la Casa Blanca”.

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Desde la atalaya de su experiencia, Anzarda se permite aconsejar a su compatriota: “Es ya muy maduro pese a su edad y es realmente bueno técnicamente, pero tiene que evolucionar. Debe aprender de sus compañeros, desprenderse de la pelota más rápido, jugar simple y efectivo, no ser tan individualista como en River y darse cuenta de que su rendimiento debe estar supeditado al equipo y no a su lucimiento personal. También tendrá que sacrificarse y correr hacia atrás cuando toque defender. Si lo hace puede triunfar porque calidad y personalidad le sobran. Su debut ya ha resultado ilusionante...”.

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