Al mal tiempo, Pablo Barrios
El canterano sale reforzado de la racha de partidos contra Barcelona y Real Madrid. En los momentos de dificultad la pidió, intentó dar luz, no perdió la cara y se vació. 375 de 390 minutos sobre el césped.

En los malos momentos también se erigen historias. Y, habitualmente, es el lugar donde le llega la vara de medir a los jugadores jóvenes de la cantera. En el Atlético ha sido un mes de golpes muy duros. Adiós a la Champions, con polémica y un shock para el vestuario del que no se ha recuperado. Prácticamente adiós a la Liga, con 13 puntos de los últimos 30. Y despedida de la Copa contra un Barcelona que fue muy superior en la primera mitad y al que se le intentó apretar en la segunda sin éxito.
Si el Atlético ha torcido el brazo ante los dos colosos del fútbol español, en uno de los casos de forma controvertida, Pablo Barrios les ha plantado cara. Ha demostrado personalidad, despliegue, talento y ritmo. Ha jugado 375 de los 390 minutos en el doble enfrentamiento ante Barcelona y Real Madrid en este mes fatídico. Todos menos los últimos 15 minutos de la ida de los octavos de la Champions. Sí jugó los 120 de la vuelta, demostrando una enorme capacidad física en su completa adaptación a la función de pivote. Cuando el equipo estaba fundido, Barrios no se ahorraba ninguna cobertura. A sus 21 años, demuestra entendimiento de juego y un gran manejo del cuerpo a la hora de girar y proteger.
Lo mismo que contra el Barça. El de Moratalaz fue el jugador del Atlético con más pases en el derbi del Metropolitano (58) y el segundo máximo recuperador (siete), formando una dupla fantástica en el centro del campo con De Paul para adueñarse del ritmo del partido en una victoria a la postre insuficiente, la única en los últimos seis encuentros. Y contra el Barça en Liga fue el máximo pasador (31), el jugador con más pases en el último tercio (seis), incluido el penúltimo pase clave para el gol de Sorloth habilitando en carrera a Gallagher y una ayuda constante para los centrales y los laterales. En Copa fue el segundo máximo pasador (38 por los 39 de De Paul) y el segundo máximo recuperador (seis, por las diez del motorcito).
En las semifinales de Copa demostró temple. Al Atlético le quemaba el balón, pero el canterano la pedía. Se mostraba, lo intentaba. Balones en ventaja para las subidas de los laterales. Brega, pelea, pegajoso ante los talentosos centrocampistas blaugranas pese a que sus cualidades sobre el papel son otras. Barrios sabe que no puede ahorrarse ninguna carrera. Son oxígeno para sus compañeros. Gran segunda mitad para que el Atlético pudiese creer que era posible. Mejorar el contrato del centrocampista es una de las tareas pendientes. AS informaba en noviembre de la intención de triplicar su salario como premio a su crecimiento. Acumula 94 apariciones, a seis de tener presencia en el Paseo de los Centenarios. Espera alcanzarlo en el final de Liga y si no, en un Mundial de Clubes que se ha aclarado. Le coincide con la Eurocopa Sub-21, pero para el Atlético es imprescindible. Y, mientras, Luis de la Fuente sigue tomando nota. Le hizo debutar en noviembre con la Absoluta ante Suiza. Y pelea por estar en la Liga de Naciones. Hasta en los malos momentos hay brotes verdes. Ver a Barrios pelear, crecer y sentir dolor en las eliminaciones es una de las mejores noticias. Una luz que quiere iluminarse en los momentos oscuros. Es crecimiento puro, que diría Simeone.
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