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SEVILLA - REAL MADRID

“Air” En Nesyri, estrella sin volante

Maestro en la Play con el FIFA, muy religioso, reacio a las entrevistas, buen cocinero y apasionado del mar, el epicentro de su vida es la familia. No tiene carné de conducir.

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“Air” En Nesyri, estrella sin volante
CRISTINA QUICLERAFP

Muy tímido, parco en palabras, monosilábico incluso cuando trata con alguien que no es de su círculo más próximo, Youssef En Nesyri (25) no es el acompañante ideal para ir a tomar una cerveza, pero en el Sevilla lo quieren por su nobleza y, sobre todo, por sus goles. Cuando fue convocado por primera vez con la selección absoluta de Marruecos, en 2016, el entonces seleccionador, Hervé Renard, intentó llevar a cabo el típico ritual del novato y le pidió en el hotel que cantase durante una cena con el resto del combinado. Ni él ni sus compañeros lo consiguieron. Chocaron frontalmente contra una roca. Desde niño siempre fue bastante introvertido.

Nacido en Fez, se crio como jugador en la calle hasta que fue reclutado por la Academia de Mohamed VI en Casablanca. Allí se forjó como persona y perfeccionó sus virtudes como futbolista antes de ser fichado por el Málaga a cambio de 125.000 euros. En la capital de la Costa del Sol coincidió con Pablo Fornals, ahora en el West Ham, y empezó a destacar como un buen goleador aunque con algunas carencias en la definición. Tuvo que trabajar mucho para mejorar esa faceta de su juego, igual que hizo Vinicius, para convertirse en el delantero demoledor que es actualmente.

También progresó en su juego aéreo hasta llegar a ser “Air” En Nesyri. En un partido de Marruecos contra Portugal en el Mundial de Qatar se midió un salto suyo y alcanzó los 2,78 metros, es decir, se elevó 90 centímetros sobre su altura. Aquel remate de cabeza acabó en gol, batió un récord de Cristiano Ronaldo, que estaba presente, de 2,63 metros, en un encuentro contra la Sampdoria jugando con la Juventus, y su selección se clasificó para semifinales.

En-Nesyri, la noche del partido ante el Sevilla.
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En-Nesyri, la noche del partido ante el Sevilla.JON NAZCAREUTERS

Aficionado al Chelsea en la infancia, probó en Inglaterra, con la cantera del equipo londinense, durante tres semanas antes de venir a España, pero el frío y el ambiente no le hicieron sentir cómodo y comprendió que aquel no era su sitio. En Sevilla es feliz. Vive solo, cerca del estadio. Juan Martagón, ex jugador y delegado del equipo, lo lleva muchas veces a entrenar porque Youssef no tiene carnet de conducir. Juan es amigo y chofer voluntario. También se desplaza en taxi o llamando a empresas de vehículos con conductor. Los coches nunca le han interesado demasiado.

Maestro en la Play con el FIFA, muy religioso, reacio a las entrevistas, buen cocinero, gran jugador de parchís y apasionado del mar, el epicentro de su vida es la familia. Todo lo hace por ellos. Sus padres (Drisse y Aziza) y sus hermanos (Rachid, Mehdi, Amine y Fatima Zahra) componen la columna vertebral de su vida. Son su refugio emocional en los malos momentos y su fuente de satisfacción en los buenos. Sin embargo, su gran debilidad es Amir, su único sobrino. Tal es la pasión que siente por él que, en ocasiones, ha aparecido con una A diseñada en el pelo en honor al niño de sus ojos.

En Nesyri, que ahora deslumbra con Mendilibar, ha atravesado baches anímicos importantes. Los comienzos de las temporadas 21/22 y 22/23 fueron particularmente negativos. De hecho, en el último mercado de invierno pudo salir de Sevilla. Como siempre, su asidero afectivo fue la familia. Saber que están bien de salud y que no les falta de nada es su gran recompensa. Antes de la final de Budapest todos rezarán por él.