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Real Valladolid - Real Madrid | Onésimo

“A Vinicius no hay que quitarle su personalidad, sino matizarla”

“Lo entiendo, porque yo era parecido”, añade Onésimo, en una entrevista con AS. Del pasado, al presente: “Ronaldo fue mejor delantero que presidente”.

“A Vinicius no hay que quitarle su personalidad, sino matizarla”
JOAN M. BASCUDiarioAS

Nació con el don del dribling en las venas. Onésimo Sánchez (Valladolid, 1968) ejerció la profesión de regateador. Con el balón en los pies era un potro salvaje desbocado. Imprevisible hasta para él mismo, eléctrico, escapista, con la finta y el amago tatuados en su ADN. Su juego de trilero del balón generaba una hoguera de pasiones encontradas. Pucelano de cuna, se formó, jugó y entrenó al equipo de su tierra, donde sigue teniendo su hogar. Técnico a la espera de destino, el niño que jugaba con piedras en la calle, no muy lejos del José Zorrilla, se imaginará esta noche sorteando rivales blancos en el frío césped de la estepa castellana.

Onésimo.
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Onésimo.Fito González / Diario AS

―¿Esperando el próximo tren?

―Es la vida del entrenador. Ahora toca ver fútbol, estudiar, analizar y esperar. Por suerte también puedo comentar partidos en algunos medios, que es algo que me gusta.

―¿Onésimo fue mejor jugador o entrenador?

―Resulta difícil hablar de uno mismo, pero diría que he aprovechado mejor mis cualidades como entrenador, que como jugador.

―Como técnico... ¿Qué habría cambiado de aquel futbolista?

―Bastantes cosas. Eran otros tiempos, pero eran mejorables las rutinas antes y después de los partidos, el cuidado del físico, el entendimiento del juego y la pierna izquierda. Se habla mucho del exterior del Modric con el pie derecho... y yo ya lo hacía en mi época, con buenos resultados, pero era un recurso para tapar las carencias de mi zurda.

―¿Llegó a considerarse un jugador fracasado?

―Sí. En la relación entre condiciones futbolísticas y logros alcanzados así me sentí. Yo viví sólo de lo que tenía, pero no de lo que tenía que haber ido mejorando.

“Llegué a considerarme un jugador fracasado”

Onésimo, con AS

―¿Empezó como portero?

―Sí. Cuando era pequeño, mis ídolos eran Iribar y Arconada. Era ágil y valiente, pero un día empecé a salir con el balón jugado y pensé: “Si yo soy mejor que todos estos”. Y ya fui escapando de la portería (ríe).

―¿Qué entrenador le regañó más por driblar demasiado?

―Hubo varios, pero cuando las cosas se ponían mal, me decían que me la jugase yo. Cruyff, en el Barça, me corregía mucho la posición, porque yo perseguía el balón más que los espacios, que es lo que hay que hacer. Yo era el 7 y si me iba de mi posición, Johan me sacaba del campo.

―Le gustaban los retos…

―Hice varias apuestas de habilidad. Era muy virtuoso. En el Barça aposté ir dando toques desde La Masia al Miniestadi, donde entrenábamos, pasando por el Camp Nou, parando en los semáforos, cruzando por los pasos de cebra y dejar el balón en el saco del utillero sin que cayera una sola vez.

―Con Camacho también…

―En una pretemporada durísima con el Sevilla le dije, después de comer, que si daba 100 toques a una naranja, nos perdonaba la sesión de la tarde. Él aceptó, yo cumplí y la última la subí de espuela. Camacho dijo: “Tú no entrenas, pero todos los demás sí”. Al final tuve que ir yo también (ríe).

“Aposté con Camacho que si daba 100 toques a una naranja, nos perdonaba el entrenamiento; el último lo di con la espuela”

Onésimo, con AS

―Cruyff le llevó al Barça, pero le puso poco…

―Llegué en un año difícil. Aunque estaban Valverde, Begiristain, Salinas, Laudrup y otros muy buenos, yo me veía capacitado para tener un sitio en el once. Íbamos mal en Liga y Johan me veía potencial, pero no me dio demasiadas oportunidades.

―¿Cuál fue la entrada más dura que sufrió?

―Me hicieron muchas y muy seguidas. Además, yo era peleón, no me escondía. Jugué contra el Atleti de Tomás, Goikoetxea, Arteche y Juan Carlos. Los delanteros nos íbamos todos al lado de Juan Carlos porque era el que menos repartía de los cuatro (ríe). Górriz y Gajate en la Real también eran intensos. En general, me dieron bastante, pero aguantaba bien.

―Fue compañero de Hugo Sánchez, ‘Mágico’ González, Laudrup y Bebeto. ¿Cuál era mejor?

―'Mágico’, sin duda. Era otro nivel.

―¿En qué lugar histórico lo situaría?

―Por calidad y condiciones, a la altura de Messi y Maradona. Con eso lo digo todo. Era un portento técnico, físico y muy rápido. Verlo era una delicia. No sólo en los partidos, sino en los entrenamientos. Te dejaba con la boca abierta. Venía de otra cultura y tal vez le faltó mentalidad, pero era un fenómeno.

“Mágico’ González está a la altura de Messi y Maradona”

Onésimo, con AS

―¿De qué entrenador aprendió más?

―Cruyff era un genio y me aportó muchísimo en todos los conceptos, de Maturana aprendí a manejar los espacios y de Camacho la forma de motivar a los jugadores y cómo hay que defender. Fueron los tres que más me influyeron.

―¿Qué espina clavada le duele más?

―No haber ido con la Selección, no haber conseguido ningún título y no haberme ganado la continuidad en el Barcelona.

―¿Quién es el mejor regateador que ha visto en su vida?

―Maradona. De ahora me gustan Lamine y los dos Bryan, Gil y Zaragoza. También me habría encantado entrenar a Gerard Deulofeu, porque era como un talento salvaje que había que domar. Lo que pasa es que ahora se regatea más en velocidad que por pura habilidad.

Cromo de Onésimo con el Real Valladolid.
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Cromo de Onésimo con el Real Valladolid.DIARIO ASDIARIO AS

―¿Qué recuerda de sus duelos contra el Madrid?

―El primero que me viene a la cabeza fue uno con el Valladolid en Madrid. Fue un día en el que me salía todo y recuerdo el silencio del Bernabéu cuando yo cogía el balón. Tuvieron que ponerme varios marcadores para intentar frenarme. Me sentí genial, al menos hasta que Ricardo Rocha me hizo un penalti clarísimo que el árbitro no pitó. Perdimos 1-0.

―¿Por qué el Valladolid es colista?

―Porque hay cosas que no se han hecho bien. Es un cúmulo de cosas, incluida la configuración de la plantilla. Es una situación complicada.

―¿Ronaldo fue mejor delantero que presidente?

―Mucho mejor. A años luz. Posiblemente es el mejor nueve que he visto en mi vida. Se puede sentar en la mesa de los más grandes, porque es de los mejores de la historia. Como presidente no sé muy bien lo que aporta en su día a día, pero es evidente que las cosas no van bien. En la historia reciente ha habido dos gordos muy buenos. Él y yo (ríe).

“Ronaldo fue mejor jugador que presidente”

Onésimo, con AS

―¿Qué le parece apostar por técnicos que no conocen bien el club o LaLiga, como Pezzolano o Cocca?

―Son decisiones de empresa. Algo así puede ser un inconveniente, pero si lo hacen, al menos tienen que poner al lado a alguien de la casa que conozca todo bien. No se puede dar ventaja a los rivales.

―¿Qué jugador de este Madrid le cautiva más?

―Me quedo con Vinicius, pero el Vinicius futbolista. Necesita que matice varios aspectos y le entiendo porque yo era parecido. Algunos mayores damos buenos consejos, porque no podemos dar malos ejemplos. La primera vez que lo vi fue con el Castilla ante el Celta B en Galicia, hace muchos años y ya comprobé que era diferente, especial. A mí me ocurrió algo parecido con el comportamiento. Hay aspectos que necesita corregir, porque acaba perjudicándose a sí mismo y al equipo.

―¿Vinicius sería mejor si pierde el aguijón?

―Hay jugadores que tienen que jugar enfadados para rendir bien. Yo era uno de ellos y Diego Costa, también. No se le puede arrebatar su personalidad, sino ayudarle a matizarla. A mí también me sacaron muchas amarillas por protestar y era un problema individual y colectivo. Al final los árbitros te toman la matrícula. Seguramente, limando esas aristas, el Balón de Oro habría sido él.

“Hay jugadores que tienen que jugar enfadados para rendir bien”

Onésimo, con AS

―¿Lo vendería por 300 millones?

―Si alguien está tan loco como para pagar eso, pediría 500 primero (ríe). Claro que sí. Ningún jugador vale ese dinero.

―¿Hará falta un milagro en Pucela para ganar al Madrid?

―Sin duda. Un milagro futbolístico. En casa se ve al equipo más arropado y solidario, pero hay que dar el 100% y que el Madrid sienta frío... y tarden en meterse en el partido.

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