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QATAR 2022

La última oportunidad de la generación dorada de Serbia

Los balcánicos tienen una de las mejores generaciones de su historia que, sin embargo, no termina de explotar. En Qatar pueden ser la revelación.

Actualizado a
Serbia's forward Dusan Tadic (C) attends a training session with his teammates at the Al Arabi SC in Doha on November 21, 2022, during the Qatar 2022 World Cup football tournament. (Photo by ANDREJ ISAKOVIC / AFP)
ANDREJ ISAKOVICAFP

Son, aproximadamente, las 19.30 en el Estadio North Harbour, Auckland. Hace mucho calor y Veljko Paunović no se lo puede creer todavía. Acaba de ganar el Mundial sub 20 con Serbia y lo ha hecho contra la máxima favorita a llevarse el torneo, Brasil. En una prórroga de infarto, después de un partido sin freno. Nemanja Maksimovic, en el 118, le da el equipo balcánico un triunfo histórico. El jugador del Getafe rompe a llorar y la selección serbia obra una de las mayores gestas de la historia en un torneo sub 20.

Siete años después, Qatar, Lusail Iconic Stadium, 22 horas, Brasil otra vez. Ahora, en el primer partido del Mundial, en el broche de oro de una generación dorada que ya no tiene a tantos efectivos de aquel magnífico equipo que se hizo gigante en Nueva Zelanda. Quedan pocos, muy pocos, supervivientes, pero Serbia ha demostrado con creces tener talento suficiente como para, al menos, molestar a las más grandes.

De aquella final frenética, no apta para cardíacos, fulgurante en todos los sentidos, repetirán pocos jugadores. De Brasil solo queda un integrante, Gabriel Jesús. El delantero del Arsenal ha realizado una gran temporada, pero no será titular, ya que Richarlison es el favorito de Tite. Los hermanos Milinkovic-Savic, Vanja, portero, y Sergej, mediocentro y líder de la selección, sí saldrán de inicio. El primero fue suplente en 2015 (Rajkovic, portero del Mallorca y también presente en la lista, era el guardameta titular), y el segundo fue uno de los mejores jugadores del torneo, a tal punto de terminar con Balón de Bronce por detrás Adama Traoré y Danilo Barbosa, que se ha perdido en el camino.

Necesitada de un entrenador que supiera desde dentro lo que es tener éxito, tras un naufragio en 2020, cayendo eliminada en la repesca para la Eurocopa contra Escocia, La Federación Serbia recurrió a los servicios de Dragan Stojkovic, miembro de la expedición de 2015 que se coronó en Nueva Zelanda y ayudante de Paunovic. Stojkovic encarna la garra balcánica, el pundonor y la competitividad. Superó a Portugal en la fase de clasificación para el Mundial y consiguió darle una identidad a una selección que veía como su generación dorada caía al inframundo.

De la generación dorada Serbia, la de 2015, únicamente hay siete sobrevivientes: los citados Milinkovic-Savic (Vanja y Sergej), Andrija Zivkovic, que será titular como carrilero derecho, Marko Grujic, flamante fichaje del Liverpool hace seis años y ahora en el Oporto, Srdan Babic, del Almería, Milos Veljkovic y finalmente Nemanja Maksimovic, el héroe de 2015 que, sin embargo, no es titular en la selección de Dragan Stojković.

El seleccionador serbio ha emulado el mismo sistema con el que Paunovic instruyó a su selección para alcanzar la gloria hace siete años. Tres centrales poderosos en el juego aéreo y con mucho oficio, dos mediocentros complementarios (Lukic más fijo y Milinkovic-Savic con libertad para llegar), carrileros ofensivos (Kostic y Zivkovic) y dos delanteros rematadores (Vlahovic y Mitrovic). Serbia sueña con hacer algo importante en Qatar, como ya lo hiciera en 2015 en Nueva Zelanda, y su primer escollo será Brasil, a la que si mira de tú a tú perfectamente le puede dar un susto. La generación balcánica dorada busca resucitar.