Los secretos de Guinea Ecuatorial: “Somos una familia y eso en el césped se nota”

Rubén Belima (Móstoles, 1992) dejó el fútbol con 31 años, pero eso no le ha impedido vivir desde dentro su tercera Copa de África con Guinea Ecuatorial. “Cuando me lesioné y decidí dejar de jugar, la Federación se puso en contacto conmigo para que hiciera de nexo entre los jugadores y el cuerpo técnico. He jugado 10 años para Guinea Ecuatorial y tengo un sentimiento de pertenencia muy grande, por lo que no me lo pensé dos veces”, descubre desde Costa de Marfil, donde continúa dándole vueltas al nombre de su puesto: “Coordinador, secretario técnico, delegado... No sé. Soy quien está ahí para cualquier cosa que necesiten los jugadores. Me encargo de muchas cosas, sobre todo de que todo esté en orden desde que los jugadores salen de su club hasta que regresan de jugar con la selección”.

Si la 34ª edición de la Copa de África se hubiera jugado, tal y como estaba previsto, entre junio y julio de 2023, Rubén Belima la habría disfrutado como futbolista. Pero el torneo fue pospuesto por motivos climáticos y eso, unido a la lesión, evitó que el madrileño continuara sumando internacionalidades con el país en el que nació su padre. “Siento envidia a diario porque mi retirada es muy reciente. Hace dos meses creía que estaría aquí como jugador. Me siento muy afortunado de estar aquí, pero cuando estoy en el banquillo ya no tengo esa sensación de que en cualquier momento puedo entrar y cambiar algo. Y sientes impotencia. Lo que puedo hacer es ayudar desde fuera con cualquier observación”, confiesa Belima, que pasó por la cantera del Real Madrid y jugó en Eslovenia y Portugal antes de colgar las botas.

Desde la banda, Rubén Belima está siendo testigo de un nuevo hito de Guinea Ecuatorial, que acabó la fase de grupos de la Copa de África en primera posición después de empatar 1-1 ante Nigeria -el valor de mercado de Osimhen es 11 veces mayor que el de toda la convocatoria ecuatoguineana-, golear a Guinea-Bisáu (4-2) y ‘destrozar’ a Costa de Marfil (4-0), lo que significó la mayor derrota sufrida por un país anfitrión en toda la historia de la Copa de África. “Para nosotros, el premio no es jugar contra estas selecciones, para nosotros el premio es estar aquí. Nosotros jugamos sin presión”, descubre Belima, quien cree que el 4-0 ante Costa de Marfil es “un resultado engañoso” porque “ellos tuvieron muchas ocasiones”. “Pero hicimos un partidazo, eh. Supimos sufrir y aprovechar nuestras oportunidades. Costa de Marfil es una gran selección, se metió en octavos como una de las mejores terceras y creo que va a acabar haciendo un gran campeonato”, añade el exfutbolista.

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El antecesor de Rubén Belima, Josele González, dijo en 2022 que la participación de Guinea Ecuatorial en la Copa de África “es como si Liechtenstein se clasifica para la fase final de una Eurocopa”. Una definición obsoleta después de los resultados cosechados por el Nzalang Nacional en los dos últimos torneos: en 2022 derrotó a una Argelia que encadenaba 35 partidos y casi tres años sin perder y avanzó hasta cuartos de final, donde cayó de pie frente al futuro campeón, Senegal. En esta edición ya le ha plantado cara a Nigeria y Costa de Marfil. Y todo sin estrellas y compitiendo la mayoría de sus futbolistas en divisiones modestas del fútbol español. “Tenemos jugadores de mucho nivel y, en mi opinión, muchos merecen jugar en categorías más altas y tener mucho más reconocimiento futbolístico, pero que hayan crecido en España es un hándicap porque hay mucha competencia”, manifiesta Rubén Belima. “Lo que está claro es que nuestra fuerza está en el grupo. No podemos permitirnos que estén bien un jugador o dos. No tenemos estrellas y lo sabemos perfectamente. Emilio (Nsue) está haciendo una gran Copa de África, pero detrás de sus cinco goles hay un gran trabajo de todo el mundo”, añade el secretario técnico de Guinea Ecuatorial.

Rubén Belima espera que el gran rendimiento de Guinea Ecuatorial en la Copa de África “sirva para mejorar la situación de muchos jugadores”. “Estoy disfrutando mucho porque tenemos un XI de garantías y todos los que salen en la segunda mitad rinden igual o mejor que los que juegan de inicio”, añade el madrileño, que se deshace en elogios hacia el capitán y máximo goleador del Nzalng Nacional, Emilio Nsue: “Lo que está consiguiendo en esta Copa de África me alegra muchísimo porque en la última (Camerún 2021) lo pasó mal. El grupo le ha respaldado siempre, sabemos lo exigente que es consigo mismo y por eso nos alegra tanto que esté haciendo tan buen torneo. Ha tenido una gran trayectoria, ha jugado al más alto nivel y los que estamos cerca de él sabemos la humildad que tiene y su cero afán de protagonismo. Es un líder natural y ha peleado por esta selección durante muchos años. No solo dentro del campo, también fuera. Siempre ha pensado en el grupo antes que en él mismo, por eso para nosotros es tan clave. Tiene 34 años, pero se cuida muchísimo. Ojalá esté con nosotros unos añitos más porque nos hace mucha falta”.

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Rubén Belima también tiene buenas palabras para Juan Micha, un entrenador poco conocido internacionalmente que encadena 14 partidos (más de un año) sin perder con una selección modesta como Guinea Ecuatorial: “Los números hablan por sí solos. Hemos tenido muchos seleccionadores, pero el que nos ha llegado a clasificarnos a una Copa de África por méritos propios es Juan Micha, una persona de la casa. Es muy tranquilo, muy calmado, comprensivo y respetuoso. Y tiene buena conexión con los jugadores, por eso la selección está funcionando tan bien”.

La ‘familia’ de Guinea Ecuatorial

Si en algo coinciden todos los futbolistas y miembros del ‘staff’ de Guinea Ecuatorial es en que el ambiente en el vestuario es clave. “Somos una familia de verdad. Somos amigos, somos hermanos. Nos peleamos como hermanos, disfrutamos como hermanos, nos defendemos como hermanos. Y eso se nota en el campo”, reconoció Pablo Ganet en 2022. Rubén Belima, por su parte, cree que “no hay selección en la Copa de África que tenga una unión más grande que la que tenemos en Guinea Ecuatorial”. Una unión que se aprecia en su celebración de las victorias al ritmo de ‘Águila’, del ecuatoguineano Jhonson Killer. “Es que no somos un grupo, somos una familia muy unida que va a una y no tiene ningún complejo de inferioridad. De hecho, hace nada le ganamos también a Túnez, que jugó el Mundial de Catar 2022″, añade el madrileño, que no le ve techo a este grupo: “Mientras la humildad y el trabajo se mantengan, que estoy seguro de que se van a mantener, no creo que estos jugadores tengan ningún límite. Hace tres años, clasificarnos para una Copa de África era casi imposible. Y lo conseguimos. Y lo volvimos a conseguir. Clasificar para un Mundial es más difícil, pero no hay nada que estos jugadores no puedan hacer. Lo que hacen dentro del campo es digno de admirar y todos los ecuatoguineanos estamos muy orgullosos de ellos”.

El próximo domingo, Guinea Ecuatorial se enfrentará a la Guinea de Serhou Guirassy, Naby Keita o Ilaix Moriba con el objetivo de avanzar a cuartos de final por segundo torneo consecutivo. “No tenemos nada que perder y vamos a jugar sin miedo a nada, que es lo que hemos hecho hasta ahora”, descubre Rubén Belima, que espera volver a darle una alegría a toda la afición al fútbol que está siguiendo el torneo desde Guinea Ecuatorial: “Lo que se vive en el país cuando juega la selección es una locura. El recibimiento que nos brindaron después de Camerún es algo que yo no he visto en mi vida y estoy seguro de que, pase lo que pase, lo que viviremos después de este torneo será parecido. La gente es incondicional y sentimos su apoyo y el de nuestro gobierno, incluso siempre vienen al estadio entre 300 y 500 aficionados. Defender a un país es muy gratificante, y más si es Guinea Ecuatorial, que es un país pequeño pero con un corazón muy grande. Ojalá que pronto podamos ver muchos vídeos de gente en las calles celebrando los goles del Nzalang Nacional”.