López Caro: “Rubiales se ha equivocado, pero me parece inhumano el linchamiento que sufre”

Juan Ramón López Caro era el entrenador del Levante en la temporada 2006-07. Allí tuvo a sus órdenes a Luis Rubiales, que ya vivía sus últimos años de futbolista. Juanjo Maqueda, que era asistente del técnico lebrijano, ha recordado en una entrevista a La Galerna aquella etapa y ha cargado con dureza contra Luis Rubiales. Le acusa de “chivato del presidente” y ha asegurado que “trataron que quitárselo de encima, de lo malo que era”.

¿Comparte esas acusaciones de su exasistente Juanjo Maqueda contra Luis Rubiales?

Yo no quiero entrar en polémica ninguna con Juanjo (Maqueda). Lo que te puedo decir es que a Luis Rubiales le conozco, porque jugaba en el Motril y le llevé al Mallorca B. Y estuvo conmigo en el Mallorca B dos temporadas. Para mí, como jugador tenía sus limitaciones, pero era muy competitivo, muy honrado, muy honesto, muy sacrificado, muy disciplinado y con un hambre enorme de conseguir la gloria. A nivel persona, lo tuve en el Mallorca y el Levante, y ha sido capitán en todos los equipos. Eso quiere decir que ha sido ejemplar en todos sus comportamientos. Era muy buen compañero. Defendía al grupo enormemente. Ayudaba a los entrenadores todo lo que podía y era muy fiel a su equipo. Es verdad que el año que vivimos en el Levante nos encontramos un presidente especial y hubo conflictos continuos. Hubo conflictos internos porque había jugadores de siete nacionalidades.

Maqueda también ha dicho que ustedes quisieron prescindir de Rubiales “por lo malo que era”...

Él tuvo un problema de una lesión de tobillo. No sabíamos la gravedad que iba a tener ni el tiempo que íbamos a estar sin poder contar con él. Por eso le pedimos a Villarroel poder reforzar ese puesto. Eso sí es verdad que solicitamos un refuerzo en esa demarcación, pero por la lesión de Luis Rubiales. El presidente Villarroel se negó a reforzar más el equipo, porque él hace las cosas de forma muy personal. Al final, Rubiales se recuperó rapidísimamente, disputó veintitantos partidos y estuvo a un buen nivel. En el grupo sí que hubo ciertas rarezas por la cantidad de personas que había con distintas lenguas y distintas nacionalidades, pero ya en el transcurso de la Liga el equipo funcionaba y había una gran sintonía. Rubiales era uno de los capitanes. Respecto a que Juanjo pueda tener una opinión diferente a la mía, también es normal porque vivimos un momento difícil y con un presidente que no ayudó a nada y complicó la vida a todo el mundo.

¿Rubiales era el chivato del presidente Villarroel?

Yo no tengo constancia. Con lo que he dicho a nivel de profesional y persona, pienso que lo he dejado todo claro. Si digo que es un gran compañero en el grupo, que es buen profesional y digo todo lo que he dicho, pues lo estoy dejando claro, sino no lo diría, diría todo lo contrario. Vivimos momentos muy complicados con el presidente. Y es normal que tanto el grupo como el presidente estuviéramos alterados. No era un problema de resultados. La discrepancia más importante era entre el presidente y yo. Él tenía una forma de trabajar y yo necesitaba un ambiente de trabajo diferente. A mí me gusta ser muy competitivo y el presidente era más individualista. Y dicho esto, yo no quiero entrar en conflictos con Villarroel. Le deseo mucha salud y mucha felicidad, porque es un hombre muy trabajador y se lo merece.

¿Se imaginaba que algún día llegara a ser presidente de la Federación?

Yo le conozco con 21 añitos, año arriba o año abajo. Lo que recuerdo es que era un hombre inteligente, muy trabajador y que tenía muy claro lo que quería conseguir. Tengo alguna anécdota de que terminaba los entrenamientos y me pedía más trabajo porque quería mejorar y me pedía que le ayudara. Respecto a la gestión federativa, nunca pensé que iba a entrar por ese camino, pero es verdad que tiene capacidad para eso y mucho más.

¿Y qué le parece todo lo que ocurrió tras ganar el Mundial femenino?

Luis Rubiales se ha equivocado en dos cosas de importancia, pero que levante la mano el que no se ha equivocado nunca. Me parece vergonzoso el linchamiento que ha habido con esta persona. No se lo merece ni como profesional ni como persona. Sobre la gestión en la Federación no voy a entrar absolutamente para nada, pero en el aspecto personal me ha demostrado que es una persona íntegra, leal y un caballero. Siempre ha sido una persona con una educación extraordinaria. Errores cometemos todos, que levante la mano el que no los cometa. Y creo que se ha llevado a un terreno que no corresponde. Está viviendo un linchamiento inhumano por intereses políticos o por lo que sea. Él ha reconocido sus errores y ha pedido perdón. ¿Una persona que pide perdón qué más tiene que hacer? Se ha equivocado y tiene que pagar sus consecuencias, pero ya está. Es verdad que ha cometido un error, pero hay que tener compasión por la gente. El que no tiene compasión será porque no es humano y no se equivocará.