La semana fantástica del Real Valladolid Promesas
El filial blanquivioleta sumó nueve puntos de nueve posibles, coronados con el primer triunfo de la temporada en Los Anexos.
El Real Valladolid Promesas culminó con un postrero triunfo sobre el Coruxo una semana fantástica que confirma su buen inicio de temporada. El conjunto de Julio Baptista alcanzó contra el conjunto vigués los nueve puntos, todos ellos sumados en apenas una semana, periodo durante el cual se vio obligado a disputar tres partidos después del aplazamiento de la jornada inaugural ante el Zamora. El gol de Iker sirvió, además, para sumar la primera victoria en Los Anexos, con los que se reencontró después de empezar el curso como local en Zaratán.
Entonces, el filial mereció correr mejor suerte que la de la derrota cosechada ante el Guijuelo, en un choque con tintes muy parecidos a los vividos recientemente por el primer plantel ante el Cádiz. El asedio sobre la meta chacinera no se tradujo en goles, lo que generó críticas, creyendo algunos que nada había cambiado tras el descenso. Sin embargo, después de una buena pretemporada, y tras ese debut prometedor en cuanto al juego, las sensaciones se han visto refrendadas con resultados en las tres siguientes fechas, ante Polvorín (2-3), Zamora (0-4) y Coruxo (1-0).
Contra su homólogo lucense y contra el conjunto zamorano consiguió exponer la pegada que no encontró en El Plantío. Lo hizo, además, con unos rasgos muy claros: los de un filial muy joven, con una propuesta ofensiva y dominadora a través del balón. Además de exponer una media de edad, por momentos, escasamente superior a los 19 años, ha visto cómo Julio Baptista ha dado protagonismo a los vallisoletanos que dirige. Así, en este arranque de curso están encadenando titularidades jugadores como Aceves, Torres, Maroto o Chuki, tan reclamados a veces.
Hasta el momento, han dispuesto de minutos tres juveniles, Garri, Chuki y Canario, estos dos últimos, autores de cuatro goles entre los dos; tres el mediapunta y uno el delantero, confirmando la intención tan anunciada por el club de que los talentos potenciales avancen pasos en su proceso formativo. Con esta premisa, la palabra ‘ascenso’ es casi un tabú a estas alturas... incluso en el vestuario. La más repetida, una vez el Promesas doblegó al Coruxo, fue “humildad”. Aun con esta, los blanquivioletas vibraron reencontrándose con Los Anexos, donde hallaron un clima favorecedor, que empujó para crecer y creer hasta ese minuto 93 en el que llegó el gol de Iker.
Impulso anímico
Merced a las tres victorias seguidas, el filial consiguió un impulso anímico que espera extender, aun a sabiendas de las dificultades que entraña la categoría. Y es que si bien en el plano técnico seguramente sea uno de los mejores equipos del grupo, otros factores como la experiencia de los rivales, recurrente la temporada pasada, y que puede volver a ser determinante en algunos momentos de esta por la juventud blanquivioleta, o como modelos de juego cerrados, que se le pueden atascar, como sucedió (con diferentes finales) ante Guijuelo y Coruxo.
No hay en esto una llamada a la preocupación, no obstante. La premisa del crecimiento es clara, tanto como que, después de un año en el Promesas, con varios jugadores afrontando su cuarta temporada a las órdenes de Baptista, los cuatro desde que llegó al Juvenil B, la campaña puede fluir acercando, efectivamente, a jugadores al primer equipo, ese con el que ya ha tenido minutos Arroyo y con el que ha empezado a trabajar Lucas Rosa, por mor de las bajas que tiene Pacheta y después de unos primeros partidos a un buen nivel.