La defensa de Rubiales pide la absolución: “El consentimiento está probado”
Olga Tubau, que representa al expresidente de la RFEF en el juicio por el beso a Jenni Hermoso, rechaza los delitos de agresión sexual y coacciones.

Olga Tubau, abogada defensora de Luis Rubiales en el juicio por su beso a Jenni Hermoso, ha solicitado la absolución de su cliente por los delitos de agresión sexual y coacciones, por los que se pide una condena de dos años y medio. La letrada ha argumentado su petición en varias cuestiones como el consentimiento, si un beso atenta a la libertad sexual de la víctima y, también, si un beso sirve para saciar un apetito sexual por parte de su cliente. “Voy a señalar dos pruebas que acreditan que Hermoso dio su consentimiento. La primera, lo que ocurrió en el vestuario. Ahí tenemos una expresión de máxima alegría. La señora Laia Codina tiene memoria selectiva. Lo que se pregunta a la señora Hermoso es ‘¿qué has dicho?’ y ella responde ‘pues vale”, ha explicado Tubau.
La abogada también ha apoyado su versión en la pericial de lectura de labios que presentó y que ha levantado el cruce de acusaciones sobre su validez. Y ha intentado dejar clara una teoría defendida por las acusaciones, que es la afirmación de Hermoso en un vídeo en los vestuarios sobre que no le gustó que Rubiales le besase: “El ‘pero no me ha gustado’, no cambia el consentimiento o no. Puede no haberle gustado por la repercusión que tuvo en España y en el Mundo ese beso. Que no gustase el beso, no invalida el consentimiento ni convierte esa conducta en delito”.
Además, una de las afirmaciones que se han realizado desde la defensa es que solo el testimonio de Jenni Hermoso no debe servir para condenar a Rubiales. “El ‘yo sí te creo’ no puede llevarse a los tribunales donde las penas deben desprenderse de delitos demostrados. Un delito sexual es un delito personalísimo”, ha declarado, haciendo referencia al movimiento social que apoya a las víctimas de este tipo de delitos. Para luego continuar argumentando que todas las actuaciones posteriores de la víctima hacen indicar que no sintió el beso como una agresión sexual. “Aquí se dice que Jenni Hermoso estaba en shock. Aunque la reacción pueda sutil y controlada, no se puede dominar. Resulta incompatible con la conducta humana. El rechazo es instantáneo. ¿Te dan un beso que no has consentido y te da asco y te vas con una sonrisa y con dos palmadas en la espalda?”.
En su larga exposición, Tubau ha intentado dejar ejemplos de que Hermoso no sintió que fuera una víctima hasta que factores externos le hicieron sentir así: “Quien ha sufrido una agresión sexual no está ni extrañada ni sorprendida, está indignada, sufre dolor moral, está furiosa o abatida. No necesita la validación ni confirmación de terceros para llevarle al convencimiento de que así ha sido”. Unas conclusiones de la defensa que han llegado después de que la acusación particular y popular hayan terminado este jueves su informe final de los hechos, y donde han incidido en el que la declaración de la víctima ha sido corroborada por los testigos y se haya llegado a la conclusión de que “la agresión sexual ha sido acreditada”. La abogada, además, también ha rechazado que Rubiales ejerciera coacciones, ya fueran directas o indirectas: “Los hechos que describen no muestran los elementos del artículo (habla de violencia). Coaccionar no es insistir ni ser pesado”.
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