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Juicio a Rubiales | Abogado de Jenni Hermoso

“La agresión sexual está acreditada”

Ángel Chavarría, abogado de Jenni Hermoso, lleva a cabo su conclusión final en el juicio por el beso de Luis Rubiales a la exjugadora.

12/02/25
JUICIO CASO RUBIALES
RUBIALES JUZGADOS AUDIENCIA NACIONAL JUICIO BESO JENNIFER HERMOSO
Juanma Leiva
Redactor de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, entró en 2007 en Diario AS, donde ha pasado por las secciones de Fútbol, Más Deporte y As.com, en la que actualmente cubre temas de todo tipo de modalidades.
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Este jueves continuaron las conclusiones finales en el juicio por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, por el que el expresidente de la RFEF está acusado de presunta agresión sexual y coacciones. Fue el turno de Ángel Chavarría, abogado de la futbolista, que representa la acusación particular de este caso, y que relató los hechos con dureza: “Ambos se abrazan, Hermoso dice ‘la que hemos liado’, Rubiales abre los brazos, se abre de piernas y se cuelga de los hombros. Le dice: ‘Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti’. Le agarra con las manos, tapándole los oídos, para propinarle el beso. Sin margen de reacción. Jenni no escuchó ninguna pregunta. Y no estaba conforme con la conducta. Con actitud totalmente pasiva de la señora Hermoso. No hubo consentimiento”.

La acusación, en el delito de agresión sexual, se detuvo en un detalle que puede ser clave: cuando la besó, le tenía la cabeza agarrada con las manos. “Bloqueó la cabeza para no permitir un movimiento evasivo. No había posibilidad de escaparse”, detalló. Y apuntó el detalle que la propia RFEF, que entonces presidía Rubiales, acababa de aceptar un protocolo contra la violencia sexual: “Al aceptarlo, es que nunca se le debió pasar por la cabeza pedir un beso a una jugadora”. Aunque también desacreditó esa posible pregunta poniendo en duda la pericial aportada por la defensa: “No pudo leer los labios del propio juez instructor, tuvo que intervenir la intérprete”.

Pero es que, según la versión del abogado, tampoco hubo consentimiento. “El acto no es mutuo, lo realiza el señor Rubiales por su cuenta. Jennifer nunca dio el consentimiento”, relató. Y apeló a las declaraciones posteriores de la futbolista, en la que hizo afirmaciones como ‘qué podía hacer’ o ‘no lo esperaba’. De hecho, Chavarría apeló a una intervención del propio juez durante la declaración de la víctima, ya que al preguntar si Rubiales le había preguntado y Hermoso negarlo repetidamente, el magistrado Fernández-Prieto aseguró: “No puede decir nada sobre lo que no escuchó”.

La acusación particular también se extendió en el delito de coacciones, por el que además de Rubiales, también se sientan en el banquillo Jorge Vilda, exseleccionador; Albert Luque, exdirector deportivo; y Rubén Rivera, exresponsable de marketing. En el relato del abogado se destacan coacciones directas, como las conversaciones con Rubiales en el vestuario, sus intentos en el avión de que hiciera un comunicado, la aprobación de dicho escrito o las realizadas por Albert Luque y Rubén Rivera ya en el viaje de celebración en Ibiza.

También detalló las indirectas, en las que entran la de Jorge Vilda al hablar con su hermano; el intento con la capitana Ivana Andrés para que esta hiciera un vídeo; la publicación del vídeo en Doha de Rubiales dando una versión; las explicaciones del entonces presidente delante del equipo; los mensajes de Albert Luque en Ibiza; o la propia investigación de Integridad de la RFEF que, según la acusación, se realizó para salvar a Rubiales y que sirvió para llegar a unas “conclusiones delirantes”.

“Jennifer Hermoso se vio desamparada”

También intervino la acusación popular, representada por María José López, abogada de AFE, que coincidió en la lectura de los hechos. Y destacó que Rubiales usó todo su poder para desacreditar a la víctima: “Rubiales, siendo consciente de las consecuencias, uso a la RFEF para coaccionar a la jugadora para que emitiera un comunicado conjunto. Desde el primer momento, la jugadora trasladó que no tenía posibilidad de rechazo al beso. Ella manifestó que el beso le había dado asco. Lo cierto es que besar a una jugadora no está permitido por el protocolo contra el acoso de la RFEF. Rubiales usó todos los medios de la RFEF en su exclusivo beneficio. Jennifer se vio desamparada por la Federación. Nadie le preguntó ni como se encontraba”.

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También arrojó muchas dudas sobre la pericial de lectura de labios aportada por la defensa, realizada por David Morillo, además de destacar que la que hizo de intérprete no fue contratada para ello, sino que lo hizo la secretaria del perito. Y lo que sí destacó es la credibilidad del testimonio de la víctima: “Si atendemos a sus manifestaciones, podemos afirmar los siguientes extremos: la seguridad, la concreción del relato, la claridad expositiva, su lenguaje gestual de convicción, la ausencia de contradicciones o lagunas en su relato o la no animadversión hacia los acusados. Y todo ha sido corroborado por los testigos”.

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