El verdugo del Numancia llega al Di Stéfano con su guadaña
El Yerclano aún no ha perdido a domicilio este curso. La presión es para el Castilla, en puestos de descenso y alejado de un fútbol convincente.
Si el Numancia no está hoy en el Di Stéfano es porque, cuando en la final del pasado playoff se escuchó aquello de ‘si alguien tiene algo que objetar, que hable ahora o calle para siempre’, el Yeclano se puso en pie. Y más que hablar, gritó. Acabó con el sueño de un histórico y, sin vértigo, ascendió a la categoría de bronce. Hay que tener pocos complejos para dar tamaño golpe.
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Pero ese es el Yeclano, un equipo que aún no ha perdido a domicilio este curso y que llega al Di Stéfano arrastrando su guadaña. Sin miedo. Sin nada que perder. La presión es para el Castilla, aún en puestos de descenso y alejado de un fútbol convincente. Raúl afronta dos dilemas. Devolver la titularidad a Fran González o mantener a Piñeiro, por un lado. Y poner de inicio a Jéremy de León o no, al estar ya recuperado, por otro. Enfrente tendrá un hueso. Y lo sabe.
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