El Deportivo no tiembla en Riazor… para los ascensos
El Depor, pese a varios disgustos en casa, cambia la cara cuando se trata de subir en Riazor. Así lo hizo las tres últimas veces: 2014, 2012 y 1991.
El estadio de Riazor ha vivido miles de partidos inolvidables, gestas en Europa o lograr que el Real Madrid se pasase dos décadas sin poder ganar en A Coruña. A pesar de ello, en el alma del seguidor blanquiazul hay un cierto miedo atávico a jugarse las cosas de comer en casa. Sin duda, la recordada temporada 1993-1994 con LaLiga que voló con el famoso penalti de Djukic tenga gran parte de culpa. Los aficionados tampoco han olvidado el descenso de 2011, en el que valía un empate en su estadio y se acabó perdiendo con el Valencia (0-2). O el de 2013, en el que dependía de sí mismo y también perdió ante la Real Sociedad (0-1). Incluso en el último descenso de 2020 a Segunda B también tenía su última partida en Riazor. Claro que aquello fue el nefasto día del Fuenlabrada, la jornada unificada no disputada y mil historias con otras derivadas que van mucho más allá del terreno de juego.
Este sábado, a las 18:00 horas, Riazor volverá a ser escenario de un partido decisivo con el duelo frente al Albacete por ascender a Segunda. Pero a diferencia de todos esos miedos, el pasado señala que la cara del Deportivo cambia cuando lo que está en juego es un ascenso. De hecho, los últimos tres que ha celebrado, de Segunda a Primera, han sido todos en casa. Así pasó en el último, logrado en 2014 de la mano de Fernando Vázquez con un gol de Marchena frente al Jaén (1-0) en la penúltima jornada de liga. Similar historia se repitió ante el Huesca en 2012. Un triunfo en Riazor por 2-1 con tantos de Riki y Xisco. Aquel equipo, entrenado por Oltra, logró el récord de puntos de la historia en Segunda (91). Con todo, no pudo festejar el salto de categoría hasta la penúltima jornada.
El tercer acierto en la diana consecutivo es el más mítico porque todo lo que significó y cómo se produjo. Fue el 9 de junio de 1991, un 2-0 ante el Murcia con un doblete de Stojadinovic que ponía fin a dos décadas sin pisar Primera División de la mano de Arsenio Iglesias. Una tarde de gloria y meigas en la que la cubierta de Preferencia Superior comenzaba a arder justo cuando debía de arrancar el encuentro. A diferencia de lo ocurrido en 2012 y 2014 tuvo lugar en la última jornada y en la pelea por el ascenso estaban implicados tres equipos. Murcia, que llegaba como líder, Deportivo y, curiosamente, el Albacete. Ese día ascendieron, precisamente manchegos y coruñeses, los dos equipos que se la jugarán a todo o nada este sábado.
Tampoco se comportó nada mal Riazor en el playoff de ascenso de la temporada 2018-2019. En la semifinal, 4-2 en casa ante el Málaga y victoria también en La Rosaleda (0-1). En la final, 2-0 al Mallorca en la ida de Riazor, que no fue suficiente por el nefasto partido de vuelta con la derrota por 3-0 en el estadio balear. Así, para ver un Depor al que se le escapaba un ascenso en Riazor hay que retrotraerse 32 años atrás. En la temporada 1990-1991 los coruñeses, en Segunda, se jugaban en la promoción una plaza con el Tenerife, entonces en Primera. El resultado de la ida en el Heliodoro Rodríguez López fue positivo para los blanquiazules (0-0), pero fallaron en la vuelta en Riazor al caer 0-1 gracias a un tanto de Edu Ramos. Desde entonces, Riazor en sinónimo de ascenso.