Villa, el descubridor de Bajcetic
El agente vigués guio al joven centrocampista de su ciudad hasta el hexacampeón de Europa. También supo ver el joven talento de Santi Comesaña y Pablo Durán
Stefan Bajcetic es el niño de moda en la Premier. El joven mediocentro vigués, de 18 años, ha conseguido cautivar a Jurgen Klopp, que le hizo debutar siendo menor de edad. Las oportunidades le van llegando a cuentagotas, como es lógico, pero sabe aprovecharlas. Ya ha jugado y marcado en la Premier, ya ha saboreado las mieles de la Champions. Hace dos semanas fue elegido MVP en el partido de FA Cup frente al Wolverhampton de Lopetegui, siendo así clave en el pase del Liverpool a la siguiente ronda, y esta semana renovó su vínculo con el Liverpool hasta 2027. Su impacto en la Premier está generando entusiasmo en Inglaterra y también en España, donde incluso algunos ya lo ven como el sucesor de Busquets. Sin embargo, hoy vamos a hablar de la figura que está detrás de esta joven promesa. Se trata de Francisco Villaverde, conocido como Villa en el mundo del fútbol, que es su representante, pero sobre todo su principal valedor y consejero en estos primeros pasos de su carrera deportiva.
Villa fue uno de los jóvenes más talentosos que salió de A Madroa en la década de los noventa, uno de los pocos capaces de sacar la cabeza en aquel Euro Celta donde brillaban estrellas internacionales como Karpin, Mostovoi o Mazinho. Por aquel entonces, su nombre empezaba a sonar con fuerza en los periódicos, augurándole un futuro esplendoroso, concediéndole el testigo en el centro del campo celeste. Sin embargo, las malditas lesiones borraron de un plumazo todas esas ilusiones. Ahora, veinte años después, quiere utilizar esa terrible experiencia para poner los pies en la tierra a sus representados. Bajcetic tiene un futuro prometedor, eso es indudable, pero lo cierto es que únicamente ha disputado 36 minutos en la Premier. Le queda mucho camino por recorrer y Villa es plenamente consciente de ello.
Los inicios de Francisco Villaverde en el mundo de la representación se remontan a 2012, cuando apostó por un chaval de 16 años que jugaba en juveniles de División de Honor con un equipo humilde como es el Val Miñor. De ahí lo catapultó al Coruxo de Segunda B y un año más tarde ya estaba jugando en un histórico del fútbol español como el Rayo Vallecano, que acababa de descender a Segunda. Después de un primer año de adaptación, en el que ejerció un papel secundario, la temporada siguiente se convirtió en una pieza clave, fundamental en el ascenso rayista a Primera. Hoy, una década después, es capitán y pieza indispensable en el equipo de la franja.
Esta fructífera experiencia y su particular método de trabajo, siempre al servicio del jugador para cualquier aspecto, ya sea profesional o personal, le hicieron ganarse una reputación en el área de Vigo. Así consiguió representar a jugadores de la cantera olívica como Kevin Vázquez, Diego Alende o Fran Vieites. El primero, hoy tercer capitán del Celta, reconoce que no le gustan los agentes, pero Villa es diferente: “Yo me alejaba de los representantes. No me gustan porque da la sensación de que están ahí para, quizás, aprovecharse. No sé como son los demás, pero conozco a Villa y en ese aspecto nunca se quiso aprovechar, siempre fue muy claro y muy conciso conmigo para decirme cómo trabaja. Es un agente muy metódico, que tiene las cosas muy claras y las estudia muy bien. Le da mil vueltas y se centra mucho en mí y en los demás jugadores que lleva. Sabe cualquier pequeña cosa que pueda necesitar y está atento a todo lo que pasa en otros clubes y en el Celta, en este caso”.
El último descubrimiento de Villa se llama Pablo Durán. Es un caso prácticamente insólito en el fútbol español, pues ha dado el salto de Regional Preferente a Primera División en menos de dos años. Villa le echó el ojo cuando jugaba en el Porriño, en tiempos de Covid, cuando ver fútbol en directo era prácticamente una misión imposible. Sin embargo, Villa hizo una apuesta fuerte con la intención de rescatar el talento de Durán para la élite. De repente, el tomiñés estaba liderando al Compostela, un histórico del fútbol gallego, en Segunda Federación. Su año en Santiago fue tan bueno que la lluvia de ofertas en verano no cesó. Desde el Villarreal a media Segunda División. Sin embargo, la idea de Villa era clara, tenía que jugar en el Celta. Después de varias semanas intensas, el representante de Arcade consiguió su propósito y Durán firmó por el filial celeste. El buen hacer del atacante tomiñés convenció a Coudet primero y a Carvalhal después para dar el salto al primer equipo.
Durán todavía no sale de su asombro. Villa le cambió la vida de la noche a la mañana y él se muestra eternamente agradecido: “Me ayuda en todo, a nivel psicológico, si necesito algún tratamiento cuando me lesiono... Está continuamente preocupándose por nuestra salud y por nuestro bienestar, tanto mental como físico. Es una auténtica animalada. Estoy tranquilísimo en sus manos y muy muy satisfecho. Desde el minuto uno hasta ahora, me demostró muchísimo y tengo confianza a ciegas con él. Me puedes tapar los ojos, que lo que diga él va a ir a misa. Es alguien al que le debo todo, gracias a él conseguí el sueño de jugar en el Celta. No sé cómo agradecerle todo lo que ha hecho por mí”.
A toda esta lista de representados se une ahora como futbolista profesional Stefan Bajcetic, un jugador criado en las categorías inferiores del Celta y cuyo salto a la Premier generó una dura disputa entre dos colosos ingleses, Liverpool y Manchester United. En medio de esa lucha emergió con fuerza la figura de Villa, que veló por los intereses de su representado y también del Celta, pese a que no tenía ninguna obligación tal y como comentaron responsables del Liverpool: “Nosotros trabajamos de manera muy distinta a otros clubes ingleses. En este caso, a pesar de que no éramos el único club interesado en el tramo final, el acuerdo por Stefan fue rápido porque veníamos haciendo un trabajo a largo plazo a diferentes niveles desde hacía un par de años. En esta situación en concreto, Villa miró mucho por el jugador y por la familia, pero también por el Celta, a pesar de que el chico estaba sin contrato”. Toda aquella negocación se solventó con Bajcetic firmando un buen contrato con el Liverpool y con una compensación económica al Celta de 250.000 euros.