Sarabia no es un capricho

Una de las novedades de Luis de la Fuente en la lista de convocados para los partidos ante Brasil y Colombia es Pablo Sarabia. El español, de 31 años, vuelve a la Selección después de año y medio. Su última participación fue el fatídico encuentro ante Marruecos en los octavos de final del Mundial de Qatar, en el que además falló un penalti de la tanda. Hasta entonces, marcó su registro internacional en 26 partidos disputados y 9 goles.

Después de aquello decidió cambiar de aires. Abandonó París y se enroló en una nueva aventura en el Wolverhampton de la Premier League, con Julen Lopetegui como técnico y principal valedor. El final de temporada fue duro, pero lograron salvarse. Él participó en 13 partidos e hizo un gol.

La crisis económica, sin embargo, desató una tormenta en el club. La propiedad decidió cerrar el grifo en cuanto a fichajes y Lopetegui, que esperaba reforzar la plantilla, dejó la entidad. Sarabia quedó en una situación delicada. Con un sueldo alto y la llegada de un nuevo entrenador, Gary O’Neill, casi se le invitó a marcharse.

El inicio de la campaña fue durísimo. En los primeros 12 partidos apenas jugó. Pero el zurdo, canterano del Madrid y exjugador de Getafe, Sevilla, PSG y Sporting de Portugal, no bajó los brazos. Así, en el partido ante el Tottenham en Molineux llegó el ‘clic’ que lo cambió todo. Las bajas y lesiones de algunos titulares hicieron que O’Neill tuviera que tirar de él en el minuto 87 y con el marcador 0-1. Su impacto fue brutal. En apenas cinco minutos dio una asistencia y marcó el gol de la victoria.

Desde entonces, el técnico le fue dando más galones hasta haberse convertido, con el paso de las jornadas, en un futbolista fundamental en una temporada inesperadamente plácida de los Wolves. En total, suma 3 goles y 6 asistencias en 21 partidos disputados. El equipo es noveno con 41 puntos y está salvado. Lo más increíble es que Sarabia es el jugador de la Premier que más ocasiones genera por 90 minutos: 3,2. Supera en este registro a Gross (3,1), Bruno Fernandes (2,96) y Alexander-Arnold (2,94). Una absoluta proeza que le tiene a él como piedra angular, pues es indiscutible en la banda derecha del ataque para O’Neill.

Su llegada al área y la capacidad táctica y de trabajo que siempre atesoró le convierten en un jugador muy interesante también para Luis de la Fuente. Hasta el momento no había contado con él, pero le conoce de sobra de su paso por las categorías inferiores de La Roja. De la misma generación que Morata, Carvajal, Koke o Isco, siempre fue un futbolista de un comportamiento ejemplar y muy querido por los técnicos. Clubes como el Atlético han tratado de contratarlo en varias ocasiones. Su carrera ha brillado en el extranjero, sin embargo. Hasta ahí ha mirado la Selección para recuperarlo.