Revolución juvenil en Europa
Los traspasos por jugadores jóvenes se han disparado. En esta temporada se ha batido el récord de jugadores sub-23 de más de 50 millones de euros.
“Es un jugador joven con mucho potencial. Si ya estuviese marcando 40 goles en España o donde sea, sería inalcanzable. Esto es el timing, conseguir a estos chicos justo en el momento en el que todavía no están marcando 55 goles por temporada o algo así. Por eso es por lo que estamos realmente convencidos”, dijo Klopp el día después de anunciar el fichaje de Cody Gakpo, de 23 años, por una cifra cercana a los 50 millones de euros.
De esta forma, el técnico alemán explicaba cómo se han adaptado los clubes, incluso los más grandes como el Liverpool, al nuevo paradigma existente en el mercado de fichajes. La burbuja de los traspasos en el fútbol ha crecido tanto que se convierte en una utopía fichar a un jugador contrastado y, por tanto, cada vez se ficha más joven. La prioridad es la proyección.
La idea es adelantarse a los demás cuando el jugador aún no ha explotado por completo para que, cuando lo haga, ya vista tu camiseta. El Liverpool se llevó a Gakpo adelantándose al Manchester United, quien ya mostró interés en verano y que planeaba volver a la carga en enero. Los reds también protagonizan, junto al Real Madrid, la carrera por la próxima gran estrella. Y Bellingham solo tiene 19 años.
El internacional inglés costará bastante más de 100 millones de euros, que ya son. Pero es que ambos están convencidos de necesitar su fichaje porque si no lo cazan ahora, seguramente no puedan volver a optar a él hasta que termine su contrato. Lo sabe bien el Barcelona con Verratti, por ejemplo, o cualquier otro club que haya pensado en sacar al italiano de París.
Los fichajes de las grandes estrellas consagradas en la élite ya solo se dan de dos formas y ninguna es la de la negociación clásica entre dos equipos. La primera es que el jugador acabe contrato. Así se traspasaron jugadores de la talla de Messi, Pogba o Sergio Ramos. Y la segunda es que no llegue a terminar contrato, pero que esté tan cerca que obligue al club propietario a aceptar un traspaso e incluso rebajar su precio para evitar que se vaya gratis. Los casos de Hazard, Mané o Lewandowski. Son contadísimos los casos de jugadores que se han movido entre clubes grandes teniendo entre 25 y 30 años, los mejores años de cualquier futbolista.
Acotados los objetivos potenciales, se puede ver que cómo ha ido creciendo la inversión en los más jóvenes desde que Neymar, en 2013, estuviese implicado en uno de los traspasos más impactantes del fútbol. Por primera vez se pagaban más de 50 millones de euros por un jugador sub-23 (en aquel momento, el brasileño tenía 21) desde Buffon, una absoluta excepción en su tiempo. Desde entonces, el número de jugadores sub-23 que han costado un precio tan alto no ha hecho más que aumentar. La crisis del coronavirus detuvo esta tendencia, pero en esta 2022/23 ha tocado su peak, con once jugadores cumpliendo estos parámetros.
Para la temporada 2023/24, el RB Leipzig ya ha fichado a Benjamin Sesko. Y para la siguiente, el Madrid ha cerrado a Endrick. Ambos son un poco menos caros, pero son un claro ejemplo de esta dinámica que se está produciendo en el mundo del fútbol. Entre el top-10 de fichajes más caros de esta temporada, solo hay uno (Casemiro) mayor de 25 años. Este mercado de invierno ha sido un escándalo en este sentido. Del top-15 de fichajes más caros de este mes de enero, solo hay uno (Trossard) mayor de 23 años. Enzo Fernández, Mudryk, Gordon, Gakpo, Badiashile, Madueke, Vitinha, Malo Gusto...
Pero fichar tan joven es un arma de doble filo. Te ahorras muchísimos millones de un fichaje potencial cuando el jugador está ya maduro, pero también te arriesgas a que lo que has visto que promete no termine demostrándolo. Así ha ocurrido con varios de los fichajes más caros de la historia del fútbol. El Barça reinvirtió lo ingresado por la cláusula de Neymar en Coutinho y Dembélé, dos jugadores que han dado un rendimiento por debajo de lo esperado. Le pasó lo mismo al Atlético, cuando quiso reemplazar a Griezmann con João Félix. En el Manchester United esperaban más regularidad de Pogba, Jadon Sancho o Martial. Este último fue uno de los primeros grandes traspasos por una promesa y una de los variables que incluyó el Mónaco en la negociación era un pago extra en el caso de que el francés llegase a ganar el Balón de Oro.
El mercado, por tanto, se ha convertido en una carrera por ver quién llega más rápido y quién encuentra el talento más seguro. Y, por supuesto, después cuidar a estos jugadores para que terminen rindiendo al máximo nivel cuando cargan con la presión de un precio del que son esclavos sin haberlo pedido.
El Madrid, pionero
Uno de los equipos que más ha fichado talento joven por explotar en los últimos años ha sido el Real Madrid. Incluso siendo uno de los clubes con más fuerza económica del mundo, también se ha adaptado a estos nuevos tiempos. Lejos han quedado los fichajes galácticos de Florentino Pérez, esos que prácticamente suponían cifras récord como Cristiano o Bale.
Seguramente el primer wonder-kid que supuso una bomba mediática fuese Martin Odegaard. El noruego estuvo varias semanas visitando las mejores ciudades deportivas de Europa para elegir destino hasta que le convenció el Madrid.
Pero cuando más llamó la atención el Madrid fue cuando se echó al mercado brasileño. El primer gran desembolso fue el de Vinicius. Se anunció en mayo de 2017. Solo un año después, llegó Rodrygo. Ambos costaron 45 millones y apenas habían jugado con el primer equipo de su país. Se repitió la fórmula con Reinier, en enero de 2020. Y el último ha sido Endrick, en este pasado mes de diciembre.
Hasta ahora, nadie se lamenta de esta política de fichajes porque varios de ellos están siendo un acierto total. El caso más evidente es el del ex de Vinicius. Su valor de mercado se ha más que triplicado desde que se le fichó de Brasil. Rodrygo, por su parte, lo ha duplicado con respecto a su valor en el momento de salir del Santos. También Militao y Tchouameni. No es el caso de Camavinga debido a la pérdida de minutos que ha tenido en España comparado con lo que tenía en Francia, pero lo normal es que crezca en los próximos años.
El riesgo que existe fichando jugadores tan jóvenes también lo ha sufrido el Madrid. Theo, Odegaard o Brahim no dieron el nivel esperado jugando con la camiseta blanca y tuvieron que salir para explotar. Jovic, por ejemplo, jamás pudo replicar lo que logró en la 2018/19 con el Eintracht. Pero todos los aciertos compensan, con creces, estas decepciones. ¿Cuánto valdría ahora mismo Vinicius? ¿Sería posible que algún club pusiese el dinero suficiente como para convencer al Madrid de que lo venda? ¿Existe esa cifra?