Mbappé-Al Khelaïfi: pacto de no agresión, con 80M€ en el aire

El verano de 2023 en París estuvo marcado, como viene siendo habitual, por el futuro de Kylian Mbappé. El 12 de junio, el delantero enviaba una carta a la sede del club en la que informaba de su intención de no ejecutar la cláusula unilateral de renovación hasta 2025, poniendo a los parisinos y a Qatar en una encrucijada, asumir su salida gratis en 2024 o renovarle a toda costa para que no quedara libre.

Tras un verano intenso e infatigable por la cantidad de noticias que circularon respecto a su renovación, el PSG decidió dejarle en tierra el 21 de julio en la gira por Japón. Aquella medida, auspiciada por Al Khelaïfi, suponía un ultimátum hacia el jugador, declarándole una guerra en público en la que le manifestó que no iba a volver a jugar con el PSG si no renovaba o si no aceptaba un traspaso en verano.

Mbappé, firme, con el destino en sus manos, hizo caso omiso a todas las insistencias del club, causando baja en la primera jornada de la Ligue 1 contra el Lorient (0-0). En aquel encuentro, disputado el 12 de agosto, el capitán de la selección francesa se reunió entre bambalinas con Al Khelaïfi y acordaron una tregua que ha evolucionado en un pacto de no agresión. Después de aquella reunión, en Qatar llegaron a filtrar que estaba a un paso de renovar y que habían alcanzado un principio de acuerdo, que en realidad sí se suscribió, pero no para una ampliación de contrato, sino para un diferimiento de las primas de fidelidad que le correspondían al campeón del mundo de 2018.

Los bonus de continuidad, que acordó Mbappé con el PSG cuando estampó su firma de renovación hasta 2024, en mayo de 2022, fueron uno de los temas candentes en París en verano. Si el futbolista decidía no renovar, el agravio económico para el club sería total. Por eso era tan importante para Qatar renovarle y, en el peor de los casos, incluso firmar un pacto en el que se comprometía el Paris Saint Germain a aceptar una cantidad por su traspaso, todo para cuadrar las cuentas del club.

Como bien confirmó este miércoles, después de ganar la Supercopa contra el Toulouse, Mbappé aceptó perdonar 80 millones de euros en concepto de primas de fidelidad para que el PSG no sufriera un perjuicio económico en verano. No quiere decir que no vaya a renovar, algo que está por ver, sino que si finalmente se marcha a otro equipo sin dejar un euro en concepto de traspaso, no se reflejen esos 80 millones que le corresponden, porque los ha perdonado, en el balance económico de la entidad capitalina.

“Aún no he tomado una decisión. Pero tenemos un acuerdo con el presidente que significa que todas las partes están protegidas. Mi futuro no es una cuestión interna. Hay que pensar en el equipo”, declaró Mbappé, que mencionó el acuerdo con el que llegó en verano con Al Khelaïfi en el que perdonaba distintas primas para no perjudicar al PSG en el caso de que termine saliendo en verano sin dejar un euro en las arcas del club. “

En 2022, no supe mi decisión hasta mayo. Si sé lo que quiero hacer, no debería dejar que se alargue la decisión. No tendría ningún sentido. Nadie habla de mi situación en el club, a nadie le interesa”, declaró Mbappé en zona mixta. Estás palabras, según L’Équipe, son de vital importancia y tienen mucha trascendencia. El delantero no las dice porque sí. Realmente quiere evitar otro culebrón como el de 2022 y su intención es tener la decisión tomada, que no necesariamente realizar el anuncio, antes de enfrentarse a la Real Sociedad en la Champions (ida el 14 de febrero y vuelta el 5 de marzo). Mbappé busca tener la cabeza libre de distracciones para centrar en el final de la temporada con su club y posteriormente en la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de París.

El ‘pacto de no agresión’ entre Al Khelaïfi y Mbappé contenta a ambas partes. Por una parte, si Kylian Mbappé no renueva, aunque deje de percibir 80 millones, podrá beneficiarse de una prima de firma con el equipo con el que suscriba un nuevo acuerdo. Si, por el contrario, acaba renovando, el PSG le abonaría una prima de renovación, como ya acaeciera en mayo de 2022 cuando se anunció con solemnidad su ampliación de contrato. Un culebrón que no tiene fin, pero que, como bien confirmó el jugador, no debería alargarse durante muchos meses, aunque con Kylian Mbappé nada se puede asegurar con rotundidad.

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