“Llevo 15 años luchando contra una enfermedad autoinmune...”

Gennaro Gattuso (47 años, Italia) se abrió en canal en una entrevista para VivoAzzurro, vinculado a la federación italiana de fútbol. La leyenda del balompié, actualmente en el banquillo del Hajduk Split, desveló como de su vida personal que poca gente conocía. “Tengo miastenia gravis desde hace 15 años. Miles de personas me escriben pidiéndome consejo, preguntándome cómo pueden tener tanta energía con esta enfermedad. Estoy combatiéndolo con la ayuda de cortisona. Durante cuatro o cinco años, renuncié a cosas que amaba, como una copa de vino. Cuando tienes diplopía, cuando ves doble, no es fácil, pero siempre creí que era más fuerte que la enfermedad”, relató el italiano.

La enfermedad que padece Gatusso provoca fatiga y debilidad de los músculos esqueléticos. Con mayor frecuencia afecta a la cara, los ojos, el cuello, los brazos y las piernas. Su tratamiento es con cortisona. El entrenador colgó las botas en 2013 en las filas del Sion suizo, a los 35 años, y después de poner punto y final el año antes a 13 temporadas como jugador del Milan.

“Me pasé 20 horas pensando lo fuerte que era Zidane...”

Gennaro Gattuso

El extrenador de Milan, Nápoles, Valencia o Marsella es toda una leyenda en Italia. Con la azzurra fue campeón del mundo en 2006. De esa final ante la Francia de Zidane en Alemania tiene una jugosa anécdota. “¿Qué significa ser campeón del mundo? No lo sé, sólo sé que por mi parte fue un sueño. Nunca pensé que quería ganar un Mundial porque siempre fue algo más grande que yo. Fuimos a inspeccionar el campo, vimos a Francia entrenando en manga corta bajo la lluvia: físicamente estaban mucho mejor que nosotros. Pero Buffon empezó a gritar: ‘Muchachos, no nos dan miedo: pueden ser tan grandes como quieran, pero mañana nos los comeremos’. Luego, durante 20 horas, pensé en lo grandes que eran y en lo fuerte que era Zidane...”.

Gattuso también contó sus inicios de niño en el fútbol: “En cuanto me fui de casa, dije inmediatamente que no volvería: les dije a mi mamá y a mi papá que si no me iba bien en el fútbol, me iría a trabajar a Alemania. Sufrí, sí, pero cada vez que cerraba los ojos cuando me ponía la camiseta de la selección y sonaba el himno nacional, recordaba toda mi infancia”.

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