La generación Z declara la guerra a la Copa de África
Los jóvenes marroquíes critican el gasto público en fútbol y no en sanidad o educación. Hasta ahora hay tres muertos, cerca de 30 heridos y más de 400 detenidos.
La Copa de África (CAN) ya tiene polémica incluso antes de empezar y no sería descartable que tuviese su protagonismo durante el propio torneo. Desde el pasado 27 de septiembre, los jóvenes marroquíes están protestando contra el Gobierno local por la enorme inversión que se está haciendo para adaptar el país a las próximas grandes citas futbolísticas (esta Copa de África y el Mundial de 2030) en vez de gastar estos fondos públicos en mejorar los deteriorados sistemas educativos y sanitarios.
Estas manifestaciones por todo el país están organizadas por grupos anónimos bajo los nombres de GenZ 212 (por la edad de sus participantes y el prefijo de Marruecos) y La voz joven marroquí. Este sector de la población es uno de los más descontentos del país, representando a más de la mitad del total y siendo un 35,8% de ellos desempleados. En septiembre se intensificaron las demostraciones de enfado después de que muriesen hasta ocho mujeres dando a luz en un hospital de Agadir, donde, según la Organización Mundial de la Salud, hay solo 4,4 profesionales de la salud para cada 10.000 habitantes.
Algunas de las protestas terminaron en tragedia, como cuando tres manifestantes fueron asesinados por la Gendarmería en Lqliaa, cerca de Agadir, después de que los jóvenes empezasen a lanzar piedras contra las instalaciones de las fuerzas armadas. En total, las manifestaciones han dejado cerca de treinta heridos y más de 400 arrestados.
La inversión que ha hecho el país para acoger esta CAN y el Mundial de 2030 es muy fuerte, habiendo construido cuatro estadios nuevos (Príncipe Moulay Abdellah, Moulay Hassan, Olímpico de Rabat y Al Medina) y renovado otros tres (Adrar, Mohammed V y Tanger Grand Stadium). No es lo único reprochable, también ha asesinado a perros callejeros en una política para vaciar las calles de animales.
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El primer ministro Aziz Akhannouch pidió diálogo después del mencionado suceso en el que murieron tres manifestantes. Y el Gobierno quiso reaccionar introduciendo reformas para promover la participación política de los menores de 35 años y aumentó en un 16% el presupuesto para gasto en salud y educación.
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