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RUSIA

La encrucijada del fútbol ruso

La invasión rusa de Ucrania hizo que UEFA y FIFA dejaran a los clubes y a la selección rusa fuera de los torneos internacionales. La Premier rusa no deja de perder espectadores, jugadores de calidad y valor económico.

Actualizado a
Daler Kuzyaev y Mathias Normann.
NurPhotoGetty

El fútbol ruso vive un momento complicado. La invasión de Ucrania por parte de Rusia hizo que, tanto la selección, como los clubes del país de Europa del Este fueran expulsados de la competiciones europeas y no pudieran jugar los partidos clasificatorios para el Mundial. Una decisión que ratificó el TAS meses después. Un año después de la expulsión futbolística, el fútbol ruso se ha quedado en tierra de nadie. La selección se quedó fuera de la fase de clasificación para el Mundial de Qatar 2022 y al Spartak de Moscú, único equipo ruso en competiciones europeas, fue sometido con la prohibición de seguir jugando y siendo eliminado. A todo esto se añade que UEFA imposibilita a Rusia para organizar la Eurocopa 2028.

El día después de que los militares rusos entraran en Ucrania, la UEFA decidió que San Petersburgo no sería la sede de la final de Champions en 2022. Poco después se conocería que París sería la ciudad que la acogiera. Una mala noticia que se añade la ruptura de Ceferin con el patrocinio de Gazprom tras una década, un acuerdo que, según France Presse, duraba hasta 2024 y otorgaba 40 millones de euros al año a la entidad que organiza el fútbol del Viejo Continente.

El castigo a Rusia llegó cuatro años después del Mundial que organizaron en 2018. Un mes en el que el fútbol centró todas sus miradas. En aquel torneo la selección que entrenaba Stanislav Cherchesov llegó a cuartos de final tras eliminar a España en los penaltis, la moneda para los rusos salió cruz y fueron eliminados desde los once metros contra Croacia, subcampeona final.

El gigante de Europa del Este ha dejado de ser un destino atractivo para los futbolistas y sus clubes desembolsan grandes cantidades en contadas excepciones. Cada vez es menos frecuente ver llegada como las de Hulk llegó por 40 millones al Zenit en 2012, Witsel por otros 40 millones y los 35 ‘kilos’ que pagó el Anzhi por Willian son algunos ejemplos. Unidos a nombres como Eto’o, Garay, Vlasic, Paredes, Bruno Alves, Kokorin, Rondón, Lacina Traoré, Mammana, Wilmar Barrios, Criscito, Doumbia, hasta entrenadores como Javi Gracia... De los pocos jugadores destacados que quedan están: Malcom, segúndo fichaje más caro de la historia de Rusia (40.000.000€), Lovren, Noboa, Júnior Alonso, Quince Promes, Claudinho, John Córdoba, Wilmar Barrios, Robert y Benjamin Garré. Mientras que la nómina de rusos fuera de sus frontera cada vez es menor con Cheryshev (Venezia), Kokorin (Aris Limassol) y Golovin (Mónaco). El dejar de jugar competiciones europeas ha hecho que los jugadores orihundos de Rusia pierdan el interés por la competición.

La Premier rusa ha perdido valor económico. Para BeSoccer Pro tiene un valor actual de 1.633 millones de euros siendo superada por Portugal (2.179), Francia (4.250), Alemania (5.811), Italia (5.856), España (6.296) e Inglaterra (9.822), cifras en millones de euros. Se une el incesante goteo en la fuga de aficionados por el Fan ID, sistema de identificación de aficionados al fútbol. Al Torpedo - Ural asistieron 207 espectadores.

Rusia se queda casi sola

Las federaciones de Inglaterra, Albania, República Checa, Dinamarca, Irlanda, Polonia, Noruega, Escocia, Suiza, Suecia, Francia, Gales y España anunciaron que no jugarían contra Rusia en ningún caso. La selección, que ahora lidera un viejo conocido del fútbol español como Valery Karpin, ha pasado de enfrentarse a las mejores selecciones a hacerlo con Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán o Irán como país más destacado,

Rusia ha tenido que ‘comprar’ un torneo para que su selección pueda competir y no perder rodaje. La CAFA (Federación de Fútbol de Asia Central) ha decidido invitar a los de Karpin a la primera edición de su torneo, que se disputa del 9 al 21 de junio, y en el que también estarán Afganistán, Irán, Tayikistán, Uzbekistán, Kirguistán y Turkmenistán. La competición tendrá su principal patrocinador en la empresa rusa de gas Gazprom, una de las marcas asociadas a la UEFA hasta que la guerra con Ucrania hizo que se cortaran relaciones.