Kjaer, el muro capaz de frenar al Nápoles
El danés volvió a completar una actuación sobresaliente ante los de Spalletti. Fue el jugador del partido que más pases acertados y despejes registró. Diez días antes, ya había frenado a los napolitanos.
Simon Kjaer se ha erigido, sin hacer mucho ruido, en uno de los pilares del Milán, al menos en las últimas citas. El danés aporta experiencia y serenidad desde el eje de la zaga y fue fundamental para los rossoneri en la victoria de este miércoles en Champions ante el Nápoles. El conjunto dirigido por Luciano Spalletti se le da bien al ex sevillista, que también resultó decisivo en la goleada (0-4) al conjunto partenopeo del pasado 2 de abril, hace menos de dos semanas. A sus 34 años, ejerce de líder en defensa y hace creer en el sueño europeo a la afición milanista.
Este miércoles volvió a demostrar que en las citas de altura se puede contar con él. Es un central veterano, curtido en mil batallas y acostumbrado a la presión, algo fundamental a la hora de afrontar partidos como el del pasado miércoles. La Champions puede hacer aflorar lo mejor de un futbolista, pero también lo peor. La accidentada actuación de Upamecano ante el City es buen ejemplo de ello. Y es que si bien son muchas las circunstancias que influyen en el rendimiento de un futbolista, la serenidad, personalidad y experiencia acumulada son de las cualidades más valoradas llegados momentos de la temporada como el presente. Kjaer no es el central más rápido ni el más fuerte de Europa, tampoco el que mejores números registra, pero destaca por su inteligencia táctica y madurez, atributos que multiplican su valor en la máxima competición europea.
El danés ha sabido levantarse. En diciembre de 2021, cuando era imprescindible para Pioli, sufrió una rotura en los ligamentos de la rodilla que le condenó a perderse el tramo final y decisivo de la Serie A, campeonato que su equipo acabaría conquistando esa misma temporada (21-22) tras once años de sequía. Se recuperó en julio y en la actual campaña no ha alcanzado la continuidad que le habría gustado. Diecisiete partidos en lo que va de temporada (12 en Serie A, cuatro en Champions y uno en la Supercopa de Italia) parecen poca participación para un central con su bagaje.
Inmune a la falta de continuidad
Desde octubre no disputa más de dos partidos seguidos en la competición doméstica, entre lesiones y decisiones técnicas, pero siempre que pisa el campo responde. Tras cinco encuentros seguidos sin acumular un solo minuto, Kjaer jugó el partido entero en la visita al Diego Armando Maradona del pasado dos de abril y, lejos de acusar la falta de continuidad, finalizó el partido con 14 recuperaciones y nueve duelos ganados en su haber, mejorando así el valor registrado por 90 minutos en toda su temporada.
Este miércoles, tan solo diez días después de aquella gran actuación en una goleada de enjundia (0-4 ante el líder de la Serie A), el central danés volvió a recordar que sigue siendo de gran utilidad, y lo volvió a hacer ante el combinado celeste. Un fallo en el despeje en la primera jugada del partido fue la única mota en su actuación. En el resto del encuentro hizo gala de una gran solvencia, seguridad y sabiduría defensivas, empezando por la salida de balón. Fue el jugador que más pases acertados registró del partido (65), pero también el que más despejes llevó a cabo (4). Rozó incluso el gol con un cabezazo que se estrelló en el larguero y que pudo haber decantado aún más la eliminatoria en favor de los de Pioli.
Con bagaje en clubes como el Wolfsburgo, la Roma, el Lille o el Fenerbahce, entre otros, el danés aterrizó en Sevilla en el verano de 2017. En España militó dos temporadas a lo largo de las cuales participó en 64 partidos. Sin embargo, acabó abandonando la capital hispalense por la puerta de atrás y tras un fugaz paso por el Atalanta en forma de cesión (de septiembre de 2019 a enero de 2020), se asentó definitivamente en el Milán desde ese mismo mercado de invierno. “Gracias rossoneri por la increíble atmósfera y el apoyo. Sois los mejores”, publicó en su cuenta de Twitter tras el partido. En San Siro se siente valorado, allí encontró su sitio y, tras un último año complicado, aspira a seguir siendo importante en un Milán que apunta alto.