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FA CUP | LIVERPOOL 2-WOLVERHAMPTON 2

El VAR niega a Lopetegui el asalto a Anfield

El Liverpool remontó en la segunda parte el grave error de Alisson, pero Hee-chan Hwang forzó el ‘replay’. Los ‘Wolves’ protestaron el gol de Mohamed Salah y el anulado a Toti Gomes.

Hee-chan Hwang, jugador del Wolverhampton, anota contra el Liverpool.
Hee-chan Hwang, jugador del Wolverhampton, anota contra el Liverpool.OLI SCARFFAFP

El Liverpool-Wolverhampton de treintaidosavos de FA Cup tendrá versión 2.0. Una segunda entrega para la que, a buen seguro, Julen Lopetegui preferirá tener un equipo arbitral diferente tanto en el terreno de juego como desde la sala VOR. Los visitantes, que empezaron adelantándose en el marcador con un error de Alisson Becker, vieron cómo el Liverpool le daba la vuelta al partido con un gol de Mohamed Salah que, según el cambio de normativa que se produjo a raíz del gol de Kylian Mbappé a la Selección Española, no tendría que haber subido al marcador. Cuando apenas restaban cinco minutos para el final del encuentro, Toti Gomes marcó el 2-3, pero el tanto del portugués fue anulado por fuera de juego. Una posición antirreglamentaria que hay quienes todavía no aciertan a ver en qué momento se produce.

Darwin al rescate

Con Cody Gakpo estrenándose como titular con la elástica Red y un once repleto de titulares, el Liverpool iniciaba la eliminatoria contra los Wolves con ritmo y ocasiones. La primera, de Mohamed Salah en un lanzamiento de falta. La segunda, del debutante neerlandés. Con el paso de los minutos, el encuentro se sumió en un tramo de descontrol. Mucho ataque rápido, impreciso y ocasiones de finalización deficiente. Muy propio para el gol que terminó encajando el equipo de Jürgen Klopp antes de la media hora de encuentro.

Si bien el premio a la mayor metedura de pata se lo llevó Alisson, Thiago Alcántara tampoco ayudó. Un error en la salida de balón del centrocampista español terminó con el balón en posesión del arquero brasileño. Alisson intentó salir jugando desde atrás, pero su pase en corto fue a parar directamente a las botas de Gonçalo Guedes. ‘Menudo regalo’, debió pensar el portugués antes de anotar, desde el interior del área y a placer, el 0-1.

El gol dio alas a los Wolves. Los de Julen Lopetegui aprovecharon la verticalidad de sus jugadores de banda, especialmente Rayan Aït Nouri y Adama Traoré, para acrecentar las dudas de los locales. Los extremos estiraban al equipo y atacaban los espacios para terminar colgando balones sin cesar al área Red, aunque estos no terminaban de llegar a buen puerto. Fue entonces, cuando la primera parte se encaminaba a su final, el momento en el que un “¡vamos, carajo!” espoleó a las gradas locales de Anfield. Darwin Núñez remató en el interior del área, de primeras y sin dejar caer el balón, un pase de más de 30 metros de Trent Alexander-Arnold. Una de esas asistencias tan propias del lateral inglés. El 1-1 fue el gol de las reinvindicaciones. Medicina contra las críticas. Jürgen Klopp respiraba camino de vestuarios.

Toti Gomes como protagonista

El panorama estaba cambiando para el Liverpool. Mientras que el tanto del empate llegó en el mejor momento de los visitantes, el cambio de tendencia afectó incluso a los errores propios. Si en la primera parte fue Alisson quien hizo que sus compañeros se llevaran las manos a la cabeza, en los segundos 45 minutos el protagonismo (doble) corrió a cargo de Toti Gomes. Lo que iba a ser un despeje del central portugués del Wolverhampton a los 52 minutos de partido se convirtió en una prolongación para Mohamed Salah. La “peinada” de Toti Gomes le cayó al egipcio en el interior del área, que no perdonó. No obstante, esta tan solo sería la primera de las polémicas arbitrales del encuentro. El mal despeje del zaguero visitante se produjo tras una posición antirreglamentaria del delantero del Liverpool, pero ni el árbitro ni el VAR señalaron fuera de juego.

Relativamente rápido se le pasó a Julen Lopetegui el enfado por el tanto de la remontada local. El técnico español decidió quemar sus naves en ataque, introduciendo a Hee-chan Hwang y Matheus Cunha en el minuto 63. Pues ni cuatro minutos llevaban en el terreno de juego surcoreano y brasileño cuando, entre ambos, fabricaron el tanto del empate. Tras una buena combinación de los recién introducidos atacantes del Wolverhampton, y ayudados también por el infortunio de Alisson Becker en su aciaga noche copera, los Wolves conseguían el 2-2.

Nuevamente el descontrol se había apoderado del partido. Los continuos idas y vueltas hacían pensar que cualquiera de los dos equipos podían llevarse el pase a la siguiente ronda. Hasta el punto que, durante unos segundos, los Wolves creyeron haberlo logrado. Era el momento de la segunda entrada en escena de Totit Gomes. Una jugada enmarañada en el área del Liverpool terminó con un gran remate de tacón del central luso, que desató la locura visitante. Incluso la camiseta del propio Toti Gomes salió volando por los aires.

Lo que todavía no sabían los pupilos de Julen Lopetegui es que el gol había sido anulado por fuera de juego. Un tanto que, a pesar de las airadas protestas del técnico español tras revisar la jugada en el monitor de su banquillo, nunca llegó a subir al marcador. Y es que, entre el árbitro y el VAR, consiguieron que Reds y Wolves se vuelvan a enfrentar, esta vez en el Molineux Stadium, para dilucidar quien será el equipo clasificado para los dieciseisavos de FA Cup.