Sevilla I Papu Gómez

“El Sevilla me dejó solo, aprovechó lo del dopaje para echarme”

El futbolista argentino carga duramente contra el club de Nervión después de cumplir su sanción: “Estoy muy decepcionado con ellos, no me respaldaron”.

Papu, en una imagen con el Sevilla.
TONI RODRIGUEZ | DiarioAS
José A. Espina
Jefe de Sección de Diario AS en Andalucía. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla. Pegando teclazos desde 1998, durante toda una década en Madrid (2000-2010). Sevilla, Betis, Selección española y lo que se ponga por delante. Loco por el fútbol, guarda un poco de esa pasión para su otro deporte favorito, el tenis.
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Papu Gómez ha vuelto a jugar al fútbol, en el Pádova de la Serie B italiana, después de cumplir una sanción de dos años por dopaje. El futbolista argentino, de 37 años, salió del Sevilla de mala manera y tras conocerse que había dado positivo y debía pasarse mucho tiempo sin pisar los terrenos de juego. Papu piensa que la sanción fue excesiva, pero también que en Nervión no se portaron bien con él.

“El Sevilla no me respaldó, me dejó solo. No me ayudó en nada. Estaba Monchi… Ellos comunicaron a mis abogados que no harían nada. Notificaron que esto lo tenía que resolver solo, a expensas del club. Estoy muy decepcionado con el Sevilla, aunque también digo que no me sorprendió”, afirma Gómez en una entrevista con ABC.

“Muchas veces el lado humano se deja de lado. Yo era uno de los que más ganaba en el club, uno de los veteranos. Había muchos jóvenes. Estoy seguro que aprovecharon lo del dopaje para echarme”, añade en sus críticas al club de Nervión, por el que fichó de la Atalanta en enero de 2021 y donde duró dos años y medio.

Papu habla del pádel, disciplina que de alguna forma le ha ayudado a pasar el tiempo sin pensar en la sanción: “Tenía mucho tiempo libre, y no quería pensar demasiado. Al final, sí, me sobrepasé también en este deporte. También digo que es mejor hacerlo ahí que en cualquier otro ámbito. Después, de alguna manera, poco a poco comencé a acercarme a campos de fútbol. Fue progresivo. Nada fácil”.

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“En realidad lo más duro fue el primer año. Entrenaba solo, y tenía que hacer las veces de preparador físico y mental coach. Me alejé del fútbol y comencé a jugar al pádel, que de alguna manera me ayudó también”, concluye el futbolista.

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