NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

FRANCIA

El PSG usa a Messi para dar un golpe sobre la mesa

La suspensión al argentino de dos semanas de empleo y sueldo refuerza la disciplina por la que aboga Al Khelaïfi desde hace tiempo.

París (Francia)
El PSG usa a Messi para dar un golpe sobre la mesa
SARAH MEYSSONNIERREUTERS

Desde hace varios años, concretamente desde la casi salida de Neymar al Barcelona, frustrada por las altas pretensiones del PSG, Nasser Al Khelaïfi había repetido sistemáticamente que la “disciplina” tenía que estar por encima de todas las cosas. En mayo de 2022, justo después de consumar la renovación de Mbappé, el presidente anunciaba que era el fin del “Bling-Bling”, término utilizado en Francia para hacer alusión a los lujos y al glamour en los barrios más centrales de la capital francesa.

Aquel discurso no tuvo consecuencias deportivas, pues el PSG cayó en los octavos de la Champions League por segundo año consecutivo y los aficionados pitaron a sus jugadores y los cambios que prometió el qatarí fueron en vano. Hasta este martes, cuando el club anunció un expediente disciplinario contra Messi, suspendiéndole dos semanas de sueldo y empleo e impidiéndole ejercitarse y competir con el resto de sus compañeros.

Antes de este convulso episodio, el PSG consideraba que los dirigentes habían tomado consciencia del enfado de los aficionados con el proyecto, concretamente con Messi. Los pitos de la Virage Auteuil al argentino justo después de la eliminación en la Champions League no pasaron desapercibidos para Al Khelaïfi y compañía, que a la hora de negociar la renovación, muerta e imposible en estos momentos, sabían que una parte de sus hinchas demandaba una identidad al club, jugadores comprometidos y el fin del proyecto galáctico, consumado en agosto de 2021 precisamente con Messi, que tanta agonía había provocado en el Parque de los Príncipes.

Un viaje polémico a Arabia Saudí

La renovación de Messi se había estancado completamente. Algo pasó tras el Mundial, pues en Qatar, durante el torneo, su padre, Jorge Messi, alcanzó un principio de acuerdo con el PSG. Había voluntad de ambas partes de renovar. Meses después, dicho pacto de caballeros, al que faltaba darle forma, se fue dilatando y postergando y el sentimiento de nostalgia del argentino, que no escondía su deseo de volver al Barcelona, fue un condicionante para que las negociaciones avanzaran.

El PSG consumó este domingo, contra el Lorient en el Parque de los Príncipes, su novena derrota del 2023, cinco más que en todo el año pasado, provocando un terremoto que iba a tener fuertes consecuencias en la capital francesa. Aunque en un principio Galtier iba a dar dos días de descanso a la plantilla, finalmente fue uno y los jugadores se ejercitaron en Camp des Loges, salvo uno, Leo Messi.

El rosarino tenía previsto desde hace meses, según el entorno del futbolista, un viaje a Arabia Saudí con motivos comerciales. Designado embajador de turismo del país de la península arábiga, Messi fue pillado en el aeropuerto de Riad y aquella imagen enervó al PSG, concretamente a Nasser Al Khelaïfi. El presidente, que tanto había luchado por la disciplina en la plantilla, inmediatamente reunió a los dirigentes y decretó sancionar al siete veces ganador del Balón de Oro.

La suspensión de empleo y sueldo de dos semanas a Messi supone el quebrantamiento total de una relación que estaba convaleciente desde hace semanas. Se perderá el partido contra el Troyes el domingo y tampoco, salvo que cambie radicalmente su situación, se vestirá de corto frente al Ajaccio el próximo 13 de mayo. Su renovación es una utopía y en París ya están preparando la próxima temporada sin la presencia del exjugador del Barcelona.

Nadie está por encima de la institución ni del club

El PSG ha decidido dar ejemplo con la sanción a Leo Messi. Hace no mucho tiempo, una de las críticas más repetidas a orillas del Río Sena era la de que los jugadores mandaban más que los entrenadores. Se les daba privilegios, no se les podía sentar ni aunque estuvieran tocados y el entrenador, damnificado, se tenía que comer el conglomerado de estrellas sin gozar de mucha autoridad. De hecho, el año pasado, justo después de ganar el Balón de Oro, Messi no se entrenó en la ciudad deportiva, generando malestar en la plantilla, pero el PSG en aquel entonces esgrimió que el mejor jugador del mundo sufría una “gastroenteritis”.

El club insiste en que Messi no tenía la autorización del club para realizar el viaje a Arabia Saudí. Después de una dura derrota contra el Lorient, por 1-3, los dirigentes siguen sin entender por qué se fue a miles de kilómetros de París para realizar un acto comercial en un país que se encuentra muy lejos de la capital francesa. Esgrimen, además, que una actitud así en cualquier otro ámbito laboral es intolerable por lo que la sanción está más que justificada.

El actual líder de la Ligue 1 no quiere descentrarse en su afán de convertirse en el primer equipo de la historia que alcanza los 11 títulos de la liga francesa. Por ello, actos como el de Messi, que viajó a Arabia Saudí sin el permiso de Al Khelaïfi o Luis Campos mientras sus compañeros se ejercitaban en la ciudad deportiva, deterioran la imagen de una entidad que ya de por sí se ha dañado completamente este año por culpa de las sucesivas derrotas que ha sufrido.

El mensaje del presidente del PSG, que ha sido el principal instigador para que el club le sancione, es claro: nada ni nadie está por encima de la institución. Los jugadores deben respetar al club, a la ciudad, París, y a los aficionados, que ya han anunciado este miércoles una reunión delante de la Factory, la sede del PSG, para recalcar que la identidad del conjunto de la capital francesa es intocable. Un despertar que es una reacción a los últimos descalabros que se han producido en el Parque de los Príncipes.

El PSG ha dado un golpe de autoridad con Messi, en una sanción que podría ser el inicio de una nueva era en París. El proyecto de las estrellas, que tantos quebraderos de cabeza ha provocado en sus aficionados, ha comenzado a claudicar, Messi será el primero en salir, pero los parisinos también desean que Neymar deje París en verano. Será, en todo caso, un verano trascendental para su futuro, pues Mbappé acaba contrato el próximo año y de las garantías deportivas que le otorguen dependerá su renovación.