Es el elefante en la habitación, como suele decirse en Estados Unidos. Algo que se sabía que iba a pasar, de lo que nadie venía hablando en los meses previos y que ya está golpeando duro: el calor es un enemigo más para los 32 equipos de este Mundial. Real Madrid y Al Hilal entre ellos, en especial porque el slot temporal donde se ha alojado el partido de hoy (15:00 horas en Miami) es perfecto para el hincha europeo televisivo... pero criminal para los futbolistas.

El Real Madrid está preocupado. A la hora del pitido inicial se prevé que el mercurio se eleve hasta los 32 grados de temperatura, pero con un pegajoso 73% de humedad. Eso elevará la sensación térmica hasta los 38 grados... Un infierno para una plantilla, como la madridista, que llega con diez meses de competición en las piernas. Ha habido quejas, también en la otra costa. Marcos Llorente advirtió tras el choque contra el PSG en Los Ángeles del fuerte “dolor en las uñas” de los pies y Luis Enrique admitió que estaban “sufriendo” con el sofocante calor.

Trucos para ‘enfriar’ a los jugadores

El Madrid, en Palm Beach, afronta sus propios problemas en esta materia. Se ha decidido coger el toro por los cuernos. En vez de programar entrenamientos a horas más tempranas para paliar algo ese calor achicharrante, se ha optado por lo contrario. La sesión de ayer en el parque The Gardens North District, que el Madrid ha tuneado en ciudad deportiva propia, fue incluso media hora más tarde (de las 10:30h. locales pasó a las 11:00h.) de lo habitual con la idea de aproximarse a las condiciones que vivirán los jugadores hoy.

“¿El calor? Me preocupa cero, es lo que hay. No puedo hacer nada... Pero va a condicionar mucho".

Xabi Alonso, en la previa

El staff médico y de preparación física está muy pendiente de los futbolistas y de cómo enfriarlos. Los propios jugadores (y hasta Xabi) se han metido estos días debajo de los aspersores aprovechando cualquier parón en los entrenamientos y se les ha distribuido sustancialmente toallas heladas y bolsas con hielo, no sólo para la musculatura, también para rebajar la temperatura. No queda otra. El propio Xabi fue ayer estoico cuando se le preguntó por ello. “Me preocupa cero”, dijo con evidente cara de resignación, “es lo que hay y no puedo hacer nada, me preocupo sólo de lo que puedo controlar, pero está claro que va a condicionar el juego”.

Hay planificados dos cooling breaks, pero FIFPro (el Sindicato Mundial de Futbolistas) no es suficiente y si un partido alcanza los 32º o más “debería ser cambiado de hora”. Hay inquietud con este Mundial porque vienen ocurriendo precedentes. El verano pasado, durante la Copa América también en EEUU, el culé Araújo tuvo que ser sustituido en un partido de Uruguay por estar mareado y deshidratado. Y, lo más grave, en el Perú-Canadá en Kansas City el árbitro asistente Humberto Panjoj se desplomó, desmayado, en un partido en el que la sensación térmica se disparó hasta los 39,5º.

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