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ITALIA

Diawara: “Rechacé las videollamadas de Ancelotti…”

Amadou Diawara, mediocampista de la Roma, espera un nuevo reto tras un año sin protagonismo: “En enero estuve cerca del Valencia”

Actualizado a
Diawara: “Rechacé las videollamadas de Ancelotti…”
ALBERTO PIZZOLIAFP

Amadou Diawara busca un nuevo reto. En julio cumplirá 25 años y, tras un curso sin protagonismo en la Roma, el guineano quiere un equipo en el que volver a mostrar su talento. En enero estuvo a un paso del Valencia. Aún no sabe por qué no pudo ser…

- Amadou, ¿cómo empezó su aventura en el fútbol?

- La infancia en Guinea no fue fácil. Mi padre era profesor y no quería que jugara, pero logré convencerlo, y en la primera ocasión que tuve me dejó viajar a Italia. Al principio me costó sobre todo adaptarme a un juego tan táctico.

- Su formación era distinta.

- En África jugábamos por la calle, allí toca aprender así, pero lo agradezco: es la mejor manera. No hay reglas, debes estar atento a no hacerte daño, a no caer… Es lo que me hizo más fuerte.

- En poco tiempo le notó el Bolonia.

- Estando en San Marino hice unas pruebas en el equipo del director Corvino, no podía ficharme por el Bolonia porque estaba en la Serie B y yo era extracomunitario. En cuanto subieron, me firmó para el equipo Primavera. El míster Delio Rossi tras el stage de verano me quiso con el primer equipo y tuve la suerte de tener espacio ahí.

- En aquella época se habló de usted para la Azzurra…

- Tenía esa posibilidad, pero aunque llegué allí con 16 años, no me siento italiano. Soy guineano y elegir la selección de mi país fue natural, lo más justo.

- Tras un solo año llegó la llamada del Nápoles. ¿Cómo fue trabajar con Sarri?

- Maurizio es una locura, un maestro. En los primeros entrenamientos me dolía la cabeza, la pelota iba demasiado rápido.

- Logró su confianza: hasta fue titular en el Bernabéu.

- Ni yo lo esperaba, pero sentía que estaba bien y llegué ahí con una tranquilidad que no imaginaba. Tenía delante a Cristiano, Benzema, Kroos, Casemiro… Estuve bloqueado pensando que hace nada veía por la televisión en África estos partidos, y de repente estaba ahí.

- Aquella noche se cruzó con Maradona.

- Fue un privilegio, conocí al Dios del fútbol, como dicen en Nápoles. Recuerdo que en los vestuarios del Bernabéu nos dio una energía increíble. No fue casualidad que saltamos al campo tan bien y logramos marcar el 0-1.

- Los napolitanos le recuerdan por un golazo al Chievo, cuando el scudetto estuvo cerca, en 2018.

- Era un saque de esquina. Normalmente, me quedaba fuera del área, pero sentí algo, y entré. Milik peinó el córner y yo marqué con una rosca. Empecé a correr para celebrar y no sabía ni dónde ir... Ese gol nos acercó al scudetto, que al final no pudo ser a pesar de haber sumado 91 puntos. El fútbol es así, ojalá el Nápoles lo consiga algún día.

- Después, conoció a Ancelotti.

- Carlo es un señor, esto todos lo saben. En el verano en el que llegó, recuerdo que una tarde recibí varias videollamadas de un número desconocido. No quería contestar, y minutos después me llegó una llamada normal. Ahí sí contesté y me dijo ‘oye, soy el míster’. Menudo ridículo (ríe). Otra cosa se me quedó grabada. El día en el que me fui, paró su coche para venir a despedirme y lo hizo con un cariño que recordaré toda mi vida.

- Pasó de Nápoles, a Roma, donde en este año apenas tuvo espacio.

- Los primeros dos años han ido bien, pero las lesiones en la rodilla y la pandemia han parado mi crecimiento. Luego llegó Mourinho, trabajar también con él fue otro sueño cumplido. Llevó muchísima ilusión en el club y en la ciudad. Tuve una buena relación con él, aunque no haya tenido nunca espacio. Son decisiones técnicas, el míster siempre fue claro conmigo y yo lo acepté.

- No fue su culpa, pero en el partido con el Verona de 2020 su alineación indebida costó la derrota en los despachos.

- Fue todo muy raro. De repente volví a casa y empecé a recibir decenas de insultos y no sabía el motivo. Soy un futbolista, pienso en entrenarme y en hacerlo bien, no entiendo de burocracia…

- ¿Cómo fue ganar la Conference?

- Una Copa siempre es una Copa, ha sido una experiencia increíble vivir un título desde dentro. La ciudad llevaba mucho tiempo esperando un trofeo y, aunque no haya sido protagonista, lo he vivido con felicidad. He ayudado en lo que podía: entrenando al máximo.

- ¿Qué espera para su futuro?

- Me gustaría encontrar un equipo en el que pueda tener espacio, pero el mercado depende de muchos factores, no solo de mí. Creo en mi potencialidad y siento que puedo hacerlo bien.

- En enero estuvo a un paso del Valencia.

- Estaba en la Copa de África, me llamaron para contarme los equipos interesados y yo elegí al Valencia. Lo habría cerrado enseguida, pero esperé cuatro, cinco días más y al final no se hizo nada. Todavía no sé por qué.

- ¿Le gustaría vivir una aventura en España?

- LaLiga me encanta. Si surge una oportunidad, por supuesto.