Di María, regreso triunfal

Victoria cómoda del Benfica ante el Basiela con un protagonista, Ángel Di María. En el segundo partido de las ‘Águilas’ en esta pretemporada, el ‘Fideo’ fue encargado de abrir la lata en el choque ante los suizos y, además, estuvo involucrado en el segundo tanto de la tarde, con la firma de Gonçalo Ramos. Jurasek cerró la goleada por el lado del cuadro luso. Di María vuelve a casa por la puerta grande que, luego de perderse el partido ante el Southampton, se estrena en su primer partido y titularidad con el campeón de Portugal.

El Benfica saldría al partido con la batuta de director de orquesta. Poco a poco el cuadro de Roger Schimdt iría arrinconando al Basilea en torno al área de Hitz. El cuadro del preparador alemán tuvo las ideas muy claras, hacerse con el partido a base de posesiones muy largas, donde los laterales subían en ataque haciendo la función de carrileros. Menos de media hora, más concretamente 24′, necesitaron los lisboetas para estrenar el casillero. El hombre de moda en Portugal, Ángel Di María, abriría el marcador luego de ganar la marca a su defensor y darle un pase a la red de la mano de la bota de Bah. La alegría argentina estaba servida.

Cinco minutos después el propio Di María sería el encargado de arrancar la jugada para el gol de Gonçalo Ramos. El ‘Fideo’ serviría una pared a Rafa Silva para que el luso sirviera en bandeja de plata el tanto del delantero de moda portugués. Ramos arranca la temporada haciendo lo que mejor sabe hacer, marcar. A cuatro del final del primer acto, Jurasek se sacaría de la manga un disparo potentísimo para cerrar la goleada de la tarde. El lateral zurdo deja su candidatura como digno sucesor de Grimaldo. Para el segundo acto Roger Schimdt cambiaría a sus personajes en ataque. Di María vería en el banquillo cómo el partido comenzaba a decaer, con tanto incluido de los suizos para recortar distancias. Sin embargo, el Benfica dejaría clara su postura, querer dominar de principio a fin.

Pequeño susto final

Varios aficionados intentaron asaltar el verde del St. Jakob Park al terminar el choque en busca de lograr una instantánea con sus ídolos y, en el mejor de los casos, lograr una camiseta o algún obsequio. La seguridad desplazada hasta el terreno no logró detener a la marabunta, teniendo que meter rápidamente a los jugadores al vestuario para evitar mayores sustos.