Dembélé explota en París

A Ousmane Dembélé siempre le pidieron que, más allá de su facilidad para regatear, marcara las diferencias a través de la definición. Su falta de gol fue, a lo largo de su carrera, un condicionante para considerarle uno de los mejores extremos del mundo, aunque para Luis Enrique, entrenador del Paris Saint Germain, es “el futbolista más desequilibrante que hay ahora mismo”. Sus últimos partidos le están dando la razón al técnico asturiano, ya que el canterano del Rennes se ha erigido como un extremo diferencial, tanto en el regate como en la definición.

Este miércoles, en Lorient, en un partido trascendental para que el PSG acaricie el título de la Ligue 1, Dembélé volvió a responder en el terreno de juego. Marcó dos goles, el primero después de una arrancada marca de la casa y el segundo, a portería vacía, aprovechando una asistencia de Mbappé, que antes, en la izquierda, se había zafado de un defensa con un gesto técnico al alcance de muy pocos jugadores en el mundo.

“Es bueno, es bueno marcar goles. La gente me pide que marque más goles. Hoy estoy contento y voy a intentar seguir marcando goles porque vienen partidos importantes. ¿Algún trabajo específico? No, no es trabajo específico. Cada vez me proyecto más de cara a portería y los balones me llegan y marco. ¿El título? Va a ser mi primer título, un gran orgullo. Ser campeón con el PSG siempre es fantástico”, aseguró en zona mixta, después de rubricar un doblete en el campo del Lorient.

Los números no mienten y menos con Dembélé, que, después de sus dos goles en el Moustoir este miércoles, acumula 19 participaciones de gol, 5 goles y 14 asistencias, superando, aunque tuvo más parones, los números de la temporada pasada con el Barcelona, en la que se fue a los 8 goles y 9 asistencias. Precisamente, la eliminatoria contra su ex equipo en la Champions League le ha elevado a una nueva dimensión, marcando en los dos partidos y siendo un incordio continuo para los de Xavi.

La asociación con Mbappé, con el que se entiende a las mil maravillas, ha sido otra de las claves para el renacer de Ousmane Dembélé. Ambos se buscan, ambos se encuentran y ambos se potencian en cualquier zona del campo. Precisamente, uno de los que más celebraron su incorporación, en verano por 50 millones, fue el capitán de la selección francesa, con el que mantiene una relación extraordinaria desde hace muchos años, principalmente por la complicidad de los dos en cada concentración de ‘Les Bleus’.

Dembélé afronta el tramo final de la temporada en un momento de forma extraordinario, en esa fase de la temporada en la que le sale todo y en la que, por fin, parece haber olvidado los fantasmas del pasado que le atosigaron durante tanto tiempo, tanto en forma de lesiones como por falta de puntería. Luis Enrique, que no ha parado de ensalzarle, incluso en sus momentos más críticos, le ha otorgado una importancia en el Paris Saint Germain que le erigen como uno de los extremos actuales más decisivos del fútbol europeo.

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