Apoteósico Dembélé
El francés ya suma 25 goles en 2025, el más prolífico del mundo, convirtiéndose en la estrella del PSG esta temporada. El extremo sueña con la Champions.


Ousmane Dembélé se ha convertido en el mejor delantero de Europa en 2025. Sus cifras, incontestables, le han catapultado a una nueva dimensión, erigiéndose como el líder del PSG, firme candidato a ganar la Champions y a lograr el primer Triplete de la historia del club. Ni el más creyente en el extremo podía imaginar una temporada tan prolífica del galo, atendiendo a su rendimiento durante el último lustro, sobre todo en el Barcelona.
El pasado martes, en Lille contra el Dunkerque, el internacional francés salvó al PSG de una hecatombe contra el equipo de la segunda división francesa. Los de Luis Enrique perdían 2-0 en el minuto 30 y, antes del descanso, con un latigazo, redujo distancias. En el segundo tiempo, asistió a Marquinhos en el empate a dos y, en un contragolpe letal en el descuento, aprovechando su velocidad al espacio, rubricó un doblete y consumó la clasificación de los parisinos a la final de la Copa de Francia.
Con su doblete contra el Dunkerque la semana pasada, a pesar de no ver portería contra el Angers el sábado, tras salir desde el banquillo, Dembélé ya acumula 25 goles en 2025, el más prolífico de Europa este año. En total, entre todas las competiciones, el Mosquito ha registrado 41 participaciones de gol en 42 encuentros, 34 goles y 7 asistencias, números que arrojan una mejora extraordinaria respecto a sus temporadas anteriores, en las que no terminó de imponerse en el Barcelona, a pesar de la insistencia de Xavi, o durante el curso pasado, en el que era escudero de Kylian Mbappé. Su mejor guarismo hasta la fecha, con el Barça, fueron 14 dianas en una campaña, lejos, muy lejos de sus cifras actuales.
La salida del delantero al Real Madrid supuso una liberación para el canterano del Rennes, que jugó la mayoría de sus partidos encorsetado en la banda derecha durante la temporada pasada. Sin Mbappé, Luis Enrique aprovechó el vacío que dejó para reubicar a Dembélé como falso 9, una posición en la que despista a los centrales rivales, que no tienen una referencia, y en la que ha sacado a relucir su exuberante calidad técnica, superando, con creces, sus mejores cifras goleadoras. Más del 60% de sus goles han sido al primer toque, denotando que por dentro no le exigen tantos esfuerzo en el uno contra uno, ya que, cuando actuaba en la derecha llegaba exhausto a la portería rival.
Dembélé no tiene límites. El delantero es consciente de que ahora mismo, desde enero concretamente, no hay un jugador en Europa más prolífico y el PSG lo ha sabido aprovechar con creces. Los parisinos, líderes holgadamente de la liga francesa, clasificados a la final de la Copa de Francia e inmersos en los cuartos de final de la Champions League, han gestado un equipo imbatible, una aniquiladora ofensiva que encarna a la perfección el ex del Barça. Incluso en los días en los que no realiza un buen partido, a diferencia de antaño, cuando un error le sacaba del encuentro, engrosa sus cifras goleadoras, un cambio de mentalidad que ha forjado Luis Enrique.
“Dembélé es de los jugadores por los que pagaría una entrada para ver un partido”, reiteró el técnico asturiano a lo largo de la temporada pasada. A pesar de las tiranteces entre ambos, acentuadas a comienzos de temporada, derivando en una desconvocatoria de Dembélé por motivos disciplinarios antes de viajar a Londres para jugar contra el Arsenal, la metamorfosis del francés ha sido un éxito total de Lucho, que le ha convertido en el mejor delantero de Europa y en un futbolista que marca las diferencias sin importar el contexto, el minuto o la exigencia del partido.
Dembélé se ha puesto como meta ganar la Champions League y en brindarle al Paris Saint-Germain el primer título europeo de su historia con Qatar. Si lo consigue, aunque todavía queda mucho, cinco partidos en concreto, el exjugador del Barcelona se postularía como el gran favorito para ganar el Balón de Oro, un sueño irrealizable hace no mucho tiempo, pero que ahora mismo, en vistas de sus números, 34 goles y 7 asistencias entre todas las competiciones, ya no es una utopía. Una redención inimaginable hace un año, un cambio de mentalidad primoroso, una elevación a los altares que París celebra y que podría culminar con un Triplete inédito en la historia del fútbol francés.
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