De sufrir la histeria ultra a relanzar a un líder en economía de guerra
Albert Riera le ha cambiado la cara al Olimpija de Liubljana esloveno después de que los ultras aguaran su presentación. Líder, cuatro victorias y sin encajar ni un solo gol. “Ha traído unidad y ambición”, dicen en Eslovenia.
Cuatro de cuatro. El Olimpija de Ljubljana camina con paso firme al comando de la liga eslovaena después de haber ganado el derbi del país sobre el Maribor por 0-2. El equipo de Albert Riera suma cuatro triunfos en cuatro partidos y, lo mejor, no ha encajado ningún gol desde que comenzó el campeonato. El técnico vio cómo los ultras del Olimpija, enfrentados con la directiva del club esloveno por la marcha de Prosinecki y la falta de recursos en el mercado, boicoteó su puesta de largo. Pero la situación ha cambiado, y mucho.
Los ultras no pierden de vista la gestión, pero ya nadie recita el nombre de Robert Prosinecki. En su lugar, admiran el inicio de un Riera que le ha dado otra cara al equipo, no sin dificultades externas. El conjunto desarrolla un buen juego, vistoso, además de conseguir los triunfos, a pesar de que los medios locales informan de la dificultad que están teniendo los futbolistas del Olimpija para cobrar en fecha sus salarios. El equipo quedó fuera de la Conference League en la segunda ronda clasificatoria, ante el UCS Sepsi rumano, después de sufrir en el partido de ida un arbitraje calamitoso. Riera estalló después del partido de ida, donde su equipo perdió por 3-1 y lo acabó con diez reclamando el VAR si querían darle importancia a la competición. “Si creas una nueva competición, las reglas también deberían ser las mismas, ¿dónde está el VAR? Si no le das el mismo peso a la competición, mejor que no exista”, decía Riera contrariado.
Los eslovenos, presa de sus apreturas económicas, habían llegado exhaustos a Rumanía después de un viaje larguísimo, un vuelo de bajo coste acompañado de una extenuante travesía por carretera. Antes, en la eliminatoria previa, habían tenido que hacer un viaje de vuelta desde Luxemburgo en autobús después de eliminar al Differdange en el tiempo añadido. El Olimpija perdió el vuelo chárter debido a la prórroga y tuvo que hacer en autobús el larguísimo viaje de retorno. La competición europea no ha sido agradable. Para más inri, el Olimpija cayó en los penaltis del partido de vuelta contra el UCS Sepsi, después de haber llegado a igualar la eliminatoria en casa en un partido extraordinario.
Pero estos avatares no han hecho más que hacer destacar el trabajo serio y efectivo de Riera en el banquillo. Después de meterse por carretera un viaje de más de 20 horas desde Luxemburgo, su equipo le ganó 2-0 al Mura en la primera jornada de la liga. Y así ha ido encadenando un triunfo detrás de otro hasta ganarle al Maribor, en el partido de la máxima revalidad. “No era fácil por la situación que se encontró al llegar en el club, pero Riera ha creado un espíritu de equipo único, se observa mucha unión y las ganas de querer hacer bien las cosas”, explica a As Andrej Miljkovic, periodista esloveno del diario deportivo Ekipa. La llegada de Riera ha traído, en cierto sentido, algo de paz a un Olimpija que la necesita.