Con Cristiano tampoco
El Al Nassr, con su once de gala a excepción de Alex Telles, también cae en su segundo partido liguero y se sitúa al borde del descenso.
A la segunda tampoco fue la vencida para el Al Nassr. Tras alzar su primer metal desde que llegara al conjunto saudí, que era también la primera Copa de Campeones de Clubes Árabes para el equipo de Riad, Cristiano Ronaldo vivió su primer sinsabor liguero de la temporada. El ‘7′, de nuevo cabeza de cartel y capitán, tiene en la mirilla de su insaciable voracidad la Liga Profesional Saudí después de esfumársele el año pasado en la última jornada.
Pareció corresponderle su técnico, que alineó a su once de gala a excepción de Alex Telles a tres días de desprecintar la Champions asiática. Brozovic como sargento en el centro de operaciones, Seko Fofana, como él le gusta, liberado en la zona del ‘10′, y Sadio Mané como extremo izquierdo, con Talisca tirado a la derecha. Estar atado a la cal perjudicó al que seguramente sea el jugador más trascendental para un equipo desengrasado físicamente y falto de automatismos. Luís Castro tiene deberes. Además, esta vez no salieron a su rescate las brillantes individualidades de uno de los equipos adquiridos al 75% por Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí.
Tampoco le salió bien el ataque de entrenador que se llevó por delante a Nawaf Al Aqidi. Tras ser protagonista por deméritos propios la pasada jornada al salir en la foto de los dos goles recibidos en la derrota inaugural ante el El Ettifaq de Steven Gerrard, Henderson o Dembélé, el entrenador portugués le dio los guantes titulares a Waleed Abdullah. El saudí de 37 años, en colaboración con la defensa en zona del Al Nassr, puso la alfombra roja para que Tawamba irrumpiera en el área para cabecear a placer y anotar el primero.
El devenir de los acontecimientos encajó a la perfección con el guion que previó el brasileño Chamusca, técnico del Al Taawon. Lo intentó por tierra, mar y aire el conjunto capitaneado literal y simbólicamente por Cristiano, pero se estampó ante un equipo que aprovechó su gol tempranero para acastillarse sobre un Mailson infranqueable y un Álvaro Medrán clínico como director de orquesta. El de Madeira abandonó el campo desgañitado y visiblemente enfadado con el árbitro al tiempo que veía como El Al Nassr se hundía en la frontera del descenso.
Ni el VAR, que anuló un penalti que había pitado en primera instancia el árbitro sobre Talisca y no concedió otro por posible mano, ni tampoco los palos, que escupió un derechazo del portugués en la recta final, se aliaron con el Al Nassr. Los de Riad mejoraron con la entrada de Ghareeb, otro gran subestimado en un equipo que reclama una versión mejorada de un Mané que perdió ¡hasta 35 balones! y del que se espera que sea el auténtico escudero del capitán. En cuatro días, mismo escenario, y distinto rival y competición: el Al Ahli de Emiratos Árabes en la Champions de Asia.