Arabia Saudí rompe el mercado

Arabia Saudí ha subido la puesta y pone en jaque el mercado de fichajes tal y como lo conocemos hasta el momento. La llegada de Cristiano Ronaldo fue la primera piedra del ambicioso proyecto de su alteza real el Príncipe heredero Mohammed Bin Salman Bin Abdulaziz Al Saud de colocar a Arabia Saudí en el epicentro del mundo del deporte con el fútbol a la cabeza. Un lavado de imagen del país de Oriente Medio a través de dos patas fundamentales. Una reforma de su sistema financiero y su plan Visión 2030. Un pistoletazo de salida a sus ansias de que Arabia Saudí sea considerada mucho más que un país repleto de dinero gracias al petróleo. Un lavado de cara total de Arabia Saudí a través de una inyección de dinero sin precedentes. Su estrategia es ganar peso político en el mundo a través de ganarlo a través de controlar el deporte mundial. La constelación de estrellas que acudieron al campeonato de su país vecino (Qatar) originó envidia en los alto mandos saudíes. El subidón de la victoria de la selección nacional ante la Argentina de Messi hizo aumentar la apuesta. La culminación de su plan sería la organización de un Mundial de fútbol. Su culmen. No menos que su otro objetivo: que Riad sea elegida sede de la Expo Universal de 2030.

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El brazo ejecutor de todo el plan de Arabia Saudí es el Fondo de Inversión Pública (PIF) gobernado por Yasir bin Othman Al Rumayyan, presidente del Newcastle, de la mayor petrolera del país Saudi Aramco y jefazo del fusionado circuito de golf. Al Rumayyan, junto al Ministerio de Deportes, con el Príncipe Abdulaziz bin Turki Al Faisal al frente, son los encargados de poner en marcha el mandato del principe heredero de Arabia Saudí. El nacimiento de una superpotencia que controle a través del deporte la política exterior. El PIF es su estilete. La empresa de la que han pasado a pertenecer los cuatro grandes clubes de fútbol: Al Hilal, Al Nassr, Al Ittihad y Al Ahly. Cuatro empresas independientes sobre las que el fondo busca establecer metas ambiciosas para el futuro de estos clubes.

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Balones de Oro como reclamo

Su carta de presentación al mundo después de decenas de años de una burbuja informativa es impresionante. Fichar a las grandes figuras del fútbol en un plan tejido con minuciosidad para promocionar el país. La liga saudí presume de Balones de Oro con Cristiano Ronaldo y Benzema. Y quiere hacer lo mismo con muchas más entrellas del fútbol mundial. Si estas figuras además profesan la religión musulmana, como Benzema, mucho mejor, ya que son un mensaje de poder a sus pueblo. A sus fieles. El regreso de nuestro hijos al pueblo. Ya han firmado a Kanté, Mahrez, Neves, Malcom, Mendy, Koulibaly, Henderson y quieren a Fabinho, Mané, Salah, Ziyech... Intentaron también convencer a Messi, aunque se conforman con que sea embajador de Turismo del país. Otro golpe de efecto del Príncipe heredero Mohammed Bin Salman Bin Abdulaziz Al Saud. Y están apretando para colarse en el culebrón Mbappé y traer al francés al Al Hilal.

Arabia ya tiene al Newcastle, la Formula 1 (tienen parte de la escudería McLaren, aunque ahora están en proceso de venta), el Dakar y ahora controlan el Golf. Su último gran golpe es organizar las mejores veladas de boxeo con las principales figuras del panorama. En una imparable ola de estrategias deportivas que son los pilares del ambicioso proyecto saudí. Ya fueron capaces de llevar las Supercopas de Italia y España a sus estadios. Harán lo mismo con el Mundial de Clubes de 2023 y han conseguido que la Saudi Tour sea una de las primeras citas del calendario ciclista. Su último gran proyecto es expandir la marca Neom City (ciudad futurista que proyecta Arabia Saudí) y para ello quieren entrar a formar parte de un equipo ciclismo como uno de lo sponsors principales. Han contactado con el Jumbo y también con el Movistar. Son tantos y de tal maginitud que el último proyecto puede sonar a anticuado de un día para otro.

Ante las críticas que reciben, son claros. Ellos no son China. Aquí no viene nadie a jubilarse. Su plan va más allá de juntar estrellas sin ton ni son. Tiene un fin claro y no pararán hasta conseguirlo. La liga saudí quiere estar en muy poco tiempo entre los mejores campeonatos del mundo. Para ello también han convencido a técnicos de nivel: Gerrard (Al Ettifad), Jorge Jesús (Al Hilal), Luís Castro (Al Nassr) o Bilic (Al Fateh). La liga saudí ya es la quinta que más ha invertido este verano, por detrás de la Premier, de la Serie A, de la Ligue 1, de la Bundesliga, pero superando a la LaLiga española. El gasto alcanza, por ahora, los 300 M€ por los 245M€ de España. Arabia Saudí es una realidad y tienen el control.