Karpova, la futbolista rusa del Espanyol, se rebela contra la guerra
“La gente que justifica la guerra es rehén de la propaganda”, expresa la delantera, que habla claro sobre Putin y convive en el vestuario con la ucraniana Khimich.
Pocos deportistas rusos se han manifestado en público en contra de la guerra, de la invasión de su país en Ucrania, que ya supera los 100 días. Pero Nadezhda Karpova, que ya en su día acudió a dos manifestaciones en contra de las autoridades rusas a pesar de ser internacional con la selección, sí lo hace. En una valiente entrevista para la BBC, la atacante del Espanyol se rebela contra Vladimir Putin. Y a favor de la paz. Y de la libertad.
“La propaganda de Rusia está intentando persuadir a los rusos de que somos una nación muy especial, de que el mundo entero está en contra nuestra y de nuestra misión única. ¿Pero de qué misión única estamos hablando? No creo que los rusos seamos especiales. No me avergüenzo de ser rusa, porque ruso no quiere decir el gobierno y Vladimir Putin”, explica la jugadora, quien denuncia que “Putin lo cambió todo de nosotros, cambió nuestro futuro. Y lo hizo con nuestro consentimiento. Ellos (el gobierno) no opusieron resistencia, y la mayoría de la gente cerró los ojos ante la injusticia”.
Una injusticia que está golpeando al pueblo ucraniano, la nacionalidad de Tamila Khimich, futbolista que recaló en el Espanyol en abril. “Cuando coincidí con ella por primera vez, me miró con cautela, como si recelara de que yo pudiera ser pro-guerra y considerara enemigos a los ucranianos. Quise llorar. Pensaba en su familia en amigos, en si estaban bien. Me sentía fatal solo al pensar que pudiera perder a uno solo de sus seres queridos”, narra la delantera rusa.
Lamenta Karpova que “esa gente que justifica la guerra son rehenes de la propaganda. Lo siento por ellos, y creo que debemos hacer todo lo posible para liberarlos de ella”. “Deseo que más y más rusos, también deportistas, hablen claro para que otras personas que están en contra de la guerra vean que no son una minoría. No puedes hacer ver que nada está pasando. El tiempo del silencio tendría que acabar”, proclama. Y apostilla: “Ellos se marcharán algún día, todos son gente mayor. Cuando eso ocurra, nosotros seguiremos vivos y estaremos preparados para poner las cosas de nuevo en orden”.
Pero no solo reprueba Karpova la guerra por parte de Rusia, sino también una juventud en la que prácticamente tuvo que vivir en el anonimato su homosexualidad. A su llegada a España en 2017, con 22 años, indica que “dejé de pasar miedo por ciertas cosas, por ejemplo de hablar claro”. “Aquí no hay ningún estigma por ser lesbiana. Tu entrenador te puede preguntar si tu novia vendrá a un partido. En Rusia solo te preguntan si tienes novio, mientras que aquí hablan de pareja”, concluye la atacante, que pasó también por Sevilla y Valencia, y que no estará en el Europeo del próximo mes de julio por la sanción que la UEFA ha impuesto sobre la selección rusa.