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ESPANYOL

El liderato que llega de Ucrania

Natural de Chernigov, una ciudad devastada por la invasión rusa de la que escapó, el primer gol de Tamila Khimich con el Espanyol vale la plaza de ascenso.

Tamila Khimich, jugadora del Espanyol.
RCDE

La capacidad de resistencia del ser humano solo se conoce cuando se ponen a prueba sus límites. Y, en el caso de los habitantes de Ucrania, igual que sucede con todos los pueblos en guerra, las muestras son continuas. El mundo del deporte ofrece detalles de resiliencia, como el de Tamila Khimich. Firmada por el Espanyol hace un mes, el pasado 8 de abril después de que su ciudad de nacimiento, Chernigov, fuera devastada por las tropas rusas, este sábado vivía un instante, efímero pero real, de felicidad. El que brindaba a la afición perica. Y seguramente a sí misma.

En el minuto 4 del trascendental partido del Espanyol femenino ante el Zaragoza, en el campo 1 de la Ciudad Deportiva Dani Jarque, aprovechaba la delantera un abultado error de entendimiento entre una defensa y la portera visitantes para hacerse con el balón y anotar casi sin ángulo el 1-0 para las blanquiazules. Su primer gol en el Espanyol que, en una tarde populosa –con el CEO Mao Ye Wu y el consejero Rafa Marañón en el palco– acabaría valiendo la victoria para un equipo que recupera por ahora el liderato del Grupo Norte de Reto Iberdrola, la única plaza que permite el ascenso a Primera, cuando solo restan tres jornadas para el final del campeonato.

Internacional ucraniana, que disputó el Mundial de 2019, se venía desempeñando Khimich en el Hadjuk Split croata hasta que el pasado mes de febrero regresó a su país para enrolarse en el Kryvyi Rih. Un movimiento desafortunado, pues apenas un par de semanas después se desencadenó la invasión de Rusia, por lo que entre un sinfín de consecuencias más funestas se tuvo también que interrumpir el campeonato. Precisamente, esta semana el Alto Mando del ejército de Ucrania informaba de que la ciudad de Kryvyi Rih es uno de los objetivos hacia los que se encamina la ofensiva rusa. Una tragedia que ni el deporte puede compensar, pero sí al menos sonreír ni que sea por un instante. El del gol.