Para esto vino Iñaki
Iñaki vino para esto, claro que sí. Un día antes de poner al estadio de San Mamés patas arriba estaba recostado frente a un televisor en Costa de Marfil viendo un Gambia-Camerún. En Bilbao andaba la gente igual. Miraba de reojo a la maleta, perfectamente ordenada. Una victoria de alguno de ellos y esas ruedas del equipaje empezarían a girar hacia Bilbao. Avión a París, chárter de la ciudad de la luz a Euskadi... y activó aún con más intensidad el sueño de una quinta semifinal consecutiva. Ahí empezó a ganar el partido el Athletic. En el esfuerzo titánico de un jugador que asusta sólo con verlo correr y que no quiso perderse el choque de cuartos de ninguna forma.
Era el partido de los chavales. Ernesto Valverde y Xavi metieron en un choque con máxima excitación a jóvenes y más jóvenes. Jauregizar, uno de ellos, robó un balón en tres cuartos y aceleró el billete hacia la siguiente ronda. Villalibre dio continuidad a esa acción con un pase para el 9, que pegó en el palo y acertó en el rebote. Luego remató la faena su hermano Nico. Un triunfo muy merecido por ritmo, profundidad y llegadas. San Mamés celebró por todo lo alto el partido 250 del equipo masculino. Sin Real Madrid y Barça, esta Copa invita a lanzar las campanas al vuelo de cara a abril en La Cartuja. No sé por qué me da que la trompeta de Villalibre va a tener de nuevo trabajo esta temporada.