Rebelión de los humildes en la Copa: “Que no se confíen...”

La Copa del Rey es una fiesta. Los equipos más modestos se sienten grandes por unos días y tratarán de dar la sorpresa imponiendo la ilusión frente a la calidad. Ese es el reto que tienen clubes como el Hernán Cortés o el Tardienta, que proceden de localidades de menos de mil habitantes, y recibirán al Betis y el Getafe. O del Deportivo Murcia, que nació en 2021 y en su segundo año de vida se mide al Glorioso Alavés. Así lo ha deparado el sorteo de Copa, que estaba condicionado para mezclar el fútbol de élite con el más modesto en esta primera ronda.

El sorteo de la primera ronda del torneo del KO se vive con la misma ilusión y efusividad que el resto de mortales el 22 de diciembre con la lotería nacional. Ni el rango de directivos impide a los presidentes de los clubes más modestos gritar y levantarse de sus asientos en el Salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas cuando escuchan que su equipo, de apenas un puñado de miles habitantes, recibirá a todo un club de Primera División. Algo parecido les pasó a los representantes del Hernán Cortés, que con gritos de “¡Vamos!” y choque de manos entre ellos festejaban salir los primeros y ser emparejados con el Betis. Menos comedidos fueron los jugadores del equipo extremeño, que reunidos en una misma sala saltaron de sus asientos y se abrazaron entre gritos de ilusión y de sorpresa. “¡Madre mía!”, se les escuchaba a varios, incrédulos todavía de la suerte, entre saltos y carreras. “Es una locura, el 80% queríamos al Betis. Ha sido todo muy loco”, confiesa Alberto Galeano, jugador del Hernán Cortés.

El rival del Betis se medirá al CD Hernán Cortés, de una localidad extremeña con la que comparten nombre y que apenas cuenta con 965 habitantes y cuyo estadio apenas tiene capacidad para un puñado de aficionados. La Copa es un premio, no solo económico y de publicidad. Aunque tendrán que buscar un estadio que cumpla con los requisitos mínimos que exige la RFEF. Aunque eso no les impedirá plantar cara a los verdiblancos. “Que no se confíen, parecemos pequeños, pero vamos a dar mucho que hablar...”, avisó Alberto Galeano. Al igual que su presidente, Juan Carlos Espinar: “El Betis es un equipo superior al que respetamos, pero me voy a mojar y voy a decir que les podemos ganar”. Rafael Gordillo, representante verdiblanco en el sorteo, no se confió pese a la diferencia de calidad y categorías: “Esta competición es muy difícil, son equipos humildes pero te pueden hacer daño al jugar a un partido”.

En el Quintanar, club con apenas 25 años de vida y cuyo estadio apenas acoge da cabida a 2.000 espectadores, se enfrentará al Sevilla. Y enfrentarse al vigente campeón de la Europa League no les amedrenta. Es más, les anima. “Esto es un premio para Quintanar y todos los pueblos de alrededor. Nos conformamos con estar aquí y disfrutar contra ellos, pero soñamos con ganarles”, afirmó su presidente José Luis Ballesteros. A lo que añadió el capitán del equipo: ”Nos vamos a enfrentar a jugadores de la talla de Ramos, Rakitic, En Nesyri y Navas, pero claro que podemos ganarles. Vamos a salir a por ello”.

Ese es el sentir general de los equipos procedentes de regional. Quieren vivir el sueño y no despertar. Seguir peleando y plantar cara. Da igual que sean el Tardienta (de una localidad de Huesca de 952 habitantes) o del Turégano (de un pueblo de Segovia con 979 lugareños). Siendo este último un club que cuenta entre sus jugadores con opositores, asesores fiscales o cuidadores de las vacas de su familia en sus ratos libres. “El sueño continúa”, afirma Juan Núñez, uno de sus futbolistas. Aunque algunos otros son más realistas, como Josep Alcalá, presidente del Rubí, rival del Athletic: “Son grandes profesionales y hay cinco categorías de diferencia, será difícil ganarles. La calidad del Athletic puede mucho... Aunque tengamos mucha ilusión, repasas los nombres que tienen y es increíble”.

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