Mastantuono no remonta
En un día para recuperar preponderancia, en su primera titularidad en 46 días, no brilla en Talavera. Sin regates completados, solo uno intentado y ninguna ocasión generada.


Era el día para hacerlo, pero no lo hizo. Un día donde Mastantuono buscaba dar un golpe sobre la mesa, pero no lo dio. En su primera titularidad desde el 1 de noviembre. En su primer examen desde que la pubalgia puso todo en standby. Porque lo del Alavés fue apenas un cameo (entró en el 89’). Pero en Talavera, Franco tuvo tiempo y libertad. Para arrancar y pensar, para decidir. Un contexto diseñado para iniciar la remontada. La suya. Para volver a ese lugar preponderante que el físico le arrebató. Pero más que un paseo por El Prado, fue un paso en falso.
Aunque lo buscó, estuvo más pillo que acertado. El resumen, sin regates completados, solo uno intentado y ninguna ocasión generada. Dejó una jugada donde, tras ganar línea de fondo con habilidad, se fue al suelo. Fue el mayor highlight, dentro de un partido donde el de Azul se fue difuminando. Por momentos hubo ascuas, pero sin llegar a entrar en combustión. Su mosqueo al ser el primer cambio (66′), el reflejo de su frustración. El regusto a oportunidad perdida.
Del “gen” a la pubalgia
Algo natural en un joven ambicioso. Con un “gen” que le convirtió en capital en la capital. Prácticamente desde su aterrizaje, indiscutible para Xabi. Tras soplar las 18 velas, tardó cinco días en debutar de blanco, diez en ser titular. Y empezó a enlazarlas. Hasta salir de inicio en nueve ocasiones en sus 12 primeros partidos (689 minutos de los 766′ actuales) con el Madrid.
¿Por qué? Lo resumía su técnico: “Franco tiene muchísimas cosas buenas. Apenas tiene 18 años, los acaba de cumplir, y la adaptación ha sido muy buena. Tiene mucha calidad, pero me encanta lo competitivo que es. Tiene mucha energía. Luego hay que ordenarlo, pero ese gen competitivo es fundamental en nuestro equipo. Lo vamos a disfrutar". Pero con la pubalgia, todo cambió. No fue novedad, pero sí fue a más.

Ya arrastraba la molestia desde el Mundial de Clubes, con River. Pero a medida que sumaba esfuerzos, la incomodidad crecía. “Era un dolor que venía teniendo desde hace tiempo. Era un momento para frenar y recuperarse bien para poder estar al 100%”, explicó.
Paró... y no ha logrado, de momento, volver a volar. Cuatro encuentros de baja (Liverpool, Rayo, Elche y Olympiacos) y cuatro en el banquillo (Girona, Athletic, Celta y City). A la quinta convocatoria llegó el regreso, anecdótico en Mendizorroza. Y a la sexta, 43 días después del parte médico, la titularidad. Pero la remontada deberá esperar.
Paciencia
Es pronto, mucho. Y la palabra es paciencia. La que deslizan en el club para con el diamante de 63 millones de euros. La misma que ha utilizado durante este tiempo en el dique seco. Con mucho trabajo de core y tren inferior.
Para buscar, amén de reducir el riesgo de lesiones y minimizar ese dolor de pubis, ganar en estabilidad, potencia y resistencia muscular. Para enlazar el mayor número de esfuerzos posibles a intensidad máxima. Para ser más desequilibrante, más decisivo. Para ser más Mastantuono.
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