Lunin, ¿último partido?
El portero ucranio, que este curso está siendo titular en toda la Copa, afronta el que puede ser su último encuentro en esta edición del torneo.


La Copa está siendo de Lunin. Esta temporada sí, Ancelotti le ha confiado la portería al ucranio desde el principio. Y ya veremos si hasta la final. Esa duda, que aún entra en el terreno de las hipótesis, evitó resolverla Ancelotti ayer. “De llegar a la final, ¿jugaría Lunin?”, preguntaron al entrenador madridista. “Hay que ver. Puede jugar Lunin, Courtois... Y si están lesionados, juega Fran González. Y si no llegamos a la final, no juegan ninguno de los tres…”, respondía el técnico, enigmático a la par que evasivo. Lo que es seguro es que Lunin volverá a ser titular esta noche ante la Real. Y no solo por exigencias del guion, a las que obliga la lesión de Courtois. Carletto ya le ratificó a Lunin en el once al acabar el partido de ida, en el que fue héroe con sus paradas. La final del torneo del KO pasa por sus manos...
Las intermitentes lesiones de Courtois han abierto oportunidades a Lunin (26 años) de manera recurrente. Ya lleva once partidos esta temporada. Pero es en la Copa donde el ucranio se ha adueñado sin discusión de la portería. Se ha consolidado y ha ido creciendo con el paso de las eliminatorias. En cada partido, un paso más allá. Una parada a la Deportiva Minera, dos contra el Celta, tres frente al Leganés y, el culmen, seis en el partido de ida ante la Real. Gracias a las paradas de Lunin, el gol de Endrick sirvió para regresar de Donostia con ventaja en la eliminatoria.
“Siempre estoy contento de jugar en el Madrid. Este es el objetivo y el sueño. El trabajo diario es necesario para triunfar aquí. Ayudar al equipo y disfrutar del día a día. Lo más importante son los buenos resultados”, afirmaba Lunin el sábado tras el partido contra el Leganés.
A Lunin le ha tocado vivir noches amargas, como las derrotas ante el Barça o el Milan. Pero en otras sus paradas han sido cruciales para sostener al equipo. En la Copa especialmente. Frente al Celta, en octavos, encajó dos goles, pero en el despertar del equipo olívico para forzar la prórroga, Lunin sacó una mano prodigiosa para desviar a córner un zapatazo de Hugo Sotelo. Contra el Leganés, ya en cuartos, se disfrazó de Courtois con sendas manos para frustrar los disparos de Diego García y Dani Raba en momentos cruciales.
Y en Anoeta, recital. Oyarzabal, Kubo y compañía no pudieron con él. Media docena de ocasiones de los txuri-urdin se fueron al traste por la intervención de Lunin. Seis paradas portentosas para poner al Madrid en ventaja para sellar ese ansiado billete a Sevilla.
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