COPA DEL REY | CACEREÑO - REAL MADRID
La odisea del Cacereño
Cumplidos sus primeros días en Nepal: ya llevan 8.000 kilómetros y una goleada. “Si el espíritu de los Gurkas nos acompaña ante el Madrid, seremos admirados en toda Asia”, dicen
“¿Cansados? ¡Estamos como dragones!”, proclaman desde la expedición del Cacereño, que hoy cumple su segundo día en Nepal (tercero de viaje). Suenan tajantes y celan fatigas. Pero todavía les queda por remar: mañana otro amistoso, un acercamiento a la meditación, tres vuelos... y 8.092 kilómetros de vuelta a España. Paso a paso, madura el proyecto “Fútbol por la Paz”, culpable de haber situado al rival del Madrid en Copa (dentro de seis días), a los pies del Everest. Una colaboración benéfica que AS despidió en exclusiva y -de manera literal y literaria- ya ha dado media vuelta al mundo.
Un resumen rápido: el equipo despegó de Madrid el pasado lunes (26 de diciembre) y tras hacer escala en Doha, aterrizó en Katmandú, la capital y ciudad más poblada del país. De ahí, sin descanso, cogieron un tercer vuelo -de media hora- rumbo a Pokhara (llegaron el 27, al medio día), donde hoy tenían el primero de los dos amistosos. Como aperitivo, una ‘sorpresa’: Julio Salinas se unió a la expedición, tras pasar las fiestas en Bilbao y viajar por su cuenta. Y entre medias, un entrenamiento, un pequeño paseo por la ciudad y varios actos: el presidente del Senado los recibió y fue obsequiado con una camiseta de La Roja.
“Nos ha deseado que ganemos al Real Madrid en Copa; pero ha dicho que de cualquier manera, el Cacereño ya ha ganado. ¿Y cómo no? Hemos internacionalizado nuestra imagen en Asia, representando el corazón de más de 500 millones de budistas de los cerca de 15 países asiáticos más poderosos del mundo. Viniendo a Nepal, el Cacereño ha abierto las puertas al desarrollo del fútbol en esta tierra. Si el espíritu del Everest y de los guerreros Gurkas nos acompañan ante el Madrid, seremos admirados en toda Asia”, aseguran a este medio.
Goleada... con ‘fichajes’
De momento, al ruedo nepalí. El primero de los dos partidos fue en el Pokhara Rangasala, donde el día previo realizaron un breve entrenamiento... interrumpido por un pequeño nepalí que se puso a dar toques con Garci. El estado del césped dio que hablar, con un color anaranjado poco ortodoxo. Fue el escenario de la goleada a la selección de Nepal: 3-0. Un canto coral sobresaliente que acompasaron tres fichajes: Rubén de la Red, Míchel Carrilero y Álex García (segundo entrenador, vestido de corto).
Pero no se piensen que la selección nepalí no sacó su as bajo la manga: ¡jugó el ministro de Deportes! El partido tuvo poca historia, pues al descanso los extremeños ya vencían por 2-0. El primero en anotar fue Carmelo Merenciano y el segundo, Míchel Carrilero, que rugió como en los viejos tiempos. La sentencia, ya en el segundo acto, tuvo la firma de Bermu. Todo fue contemplado desde el palco por Ganesh Prasad Timilsina, el mismísimo presidente de la Asamblea Nacional.
¿Cansancio?
En la mochila del Decano del Fútbol Extremeño ya hay más de 8.000 kilómetros, tres vuelos (que están a punto de ser cuatro), actos institucionales, una ofrenda local y una goleada. La pregunta de este medio es obligada: “¿Cómo va la expedición de cansancio?”. Y la respuesta, contundente: “Los muchachos están como dragones, se comen el mundo. Tienen la moral de los Gurkas”. En las próximas horas, volarán de vuelta a Katmandú (otra media hora), donde mañana juegan el segundo y último partido. También tendrán su primer acercamiento a la meditación y poco después, rumbo a España.
Recordamos que llegarán a Madrid el 31 de diciembre (previsiblemente de madrugada). Y todavía les quedará el desplazamiento a Cáceres, donde apenas tres días después tendrán que recibir al Real Madrid en una eliminatoria a vida o muerte. El estadio Príncipe Felipe será ampliado, con gradas supletorias, hasta cercar los 14.000 asientos (de normal, tiene capacidad para 7.000). Y las entradas ya están a la venta, con precios que oscilan entre 70-100€ para el público general. Ya queda menos de una semana para el gran partido. Y el Cacereño sigue en Nepal, viviendo su odisea.