El suplente perfecto
Brahim abrochó el triunfo ante el Atleti y revolucionó el duelo con su entrada al campo. Participa en un gol cada 91′ y es el único madridista en haber marcado en las cuatro competiciones.
“Me da mucha confianza, porque lo han ganado los que han entrado. A un entrenador le da mucha confianza que toda la plantilla esté motivada. Sólo así se pueden ganar este tipo de partidos”. Así leía Ancelotti la victoria en el derbi de los derbis. Un 5-3 al Atleti que no habría sido tal sin actores que poco tuvieron de secundarios. Kroos, Camavinga, Joselu... y Brahim, que se encargó de abrochar el triunfo con un esprint de cronómetro. Oblak retrocedía cuando el 21 aún estaba en los tacos. En esas, el malagueño se puso la capa, voló sobre el esloveno y, algo escorado, al fondo de la red desde 25 metros. “Es evidente que no soy un jugador lento (risas). Tampoco muy rápido, pero no lento. Vi a Oblak y tenía claro que le ganaba la carrera. Y defino extraordinariamente. Porque no era fácil”, explicó, sonriente, en zona mixta. Un Brahim que demostró ser el suplente perfecto. Y mucho más.
Su entrada al campo en el 80′ inyectó esa ‘eneryía’ que tanto le gusta a Carletto. Cuando el Atleti había colocado el 2-3, el de Reggiolo llamó a filas a Brahim. Una de las claves de la remontada. El empate fue de Carvajal, pero el Madrid se aferró a la adrenalina de los recién llegados. El malagueño había paladeado titularidades en las últimas fechas (cinco en los últimos seis partidos), pero salir de revulsivo no le restó revoluciones. Sólo Vinicius (cuatro) completó más regates que Brahim (tres), aunque el brasileño necesitó más tiempo (105 minutos contra 39′) e intentos (diez a cinco). Ya lo había rozado al final del tiempo reglamentario con un buzzer beater que hubiera evitado la prórroga, pero su chut se marchó por centímetros. Y el tanto no fue sino el premio a la insistencia. El sexto de la temporada. Un gol que le convierte en el único madridista en haber marcado en todas las competiciones y en el cuarto máximo realizador del equipo (empatado con Vinicius), a pesar de sólo ser el 18º más utilizado (824′). Eso sí, con regularidad creciente.
A estas alturas, Brahim supera incluso a Bellingham en términos de eficiencia. Nadie ha participado en más goles de manera directa por minuto jugado. El de Stourbridge lo hace cada 92,4 minutos (17 goles y 5 asistencias en 2.032′); Rodrygo, cada 122,7 (11 y 6 en 2.086′); Joselu, cada 93,6 (10 y 3 en 1.217′); y Vinicius, cada 114′ (6 y 4 en 1.140′). Brahim y sus seis goles y tres asistencias dejan un promedio de participación en un tanto cada 91,6. Además, es medalla de oro en faltas provocadas (3,4 por 90′) y plata, tras Vinicius, en regates con éxito (3,2 por 90′). Que su nombre tenga cada vez más peso, como ya informó AS, en la RFEF de cara a la próxima lista de marzo (el parón es entre el 18 y el 26) no es casualidad. El rendimiento es su mejor aval. Aunque el futbolista, como ya hizo a principio de temporada cuando las oportunidades eran esquivas, sigue dinámica Cholista. Partido a partido. El siguiente será la final de la Supercopa. Una nueva oportunidad para dar lustre al carácter reactivo con el que abrillantó la remontada al Atleti.
El hombro sigue molestando
De la victoria en el derbi, Brahim se lleva, además, la celebración. Abrazado a todos y con todos: “Esto es una familia”. Tras la carrera contra Oblak, llegó la carrera para festejar. Sin camiseta (le costó la amarilla) y eufórico, mostrando el aparatoso vendaje de un hombro que aún molesta. Mucho. Desde la víspera del partido que terminó siendo su primera titularidad. Contra Las Palmas, con gol. Ni se planteó la opción de bajarse del barco justo cuando la oportunidad que anhelaba aparecía. Tampoco se plantea parar ahora que han encontrado velocidad de crucero. Y en ese contexto, Ancelotti sonríe. El de Reggiolo ha encontrado en Brahim a un futbolista que es mucho más que una alternativa. Rinde como titular, también como suplente.
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