COPA DEL REY | ATHLETIC - ESPANYOL
El Espanyol se encomienda a su ‘gran noche’ en La Catedral
La penúltima alegría de los pericos hasta hoy sucedió en San Mamés, en 2015, en las semifinales de la Copa del Rey, con un partido incontestable que no logró refrendar en la vuelta.
‘Mi gran noche’, la canción-himno de Raphael, se apoderó del nuevo San Mamés aquella fría noche del 11 de febrero de 2015, en que 700 seguidores pericos desafiaron a un entorno enrarecido, que se tradujo incluso en una pedrada que quebró un vidrio del autocar del Espanyol. Presagio impensable de la penúltima escena de felicidad que los blanquiazules han vivido hasta hoy, y que llegó en la Copa del Rey ante el Athletic Club, en una cita que ahora se repite en La Catedral.
Era el partido de ida de las semifinales, que comenzó además con un gol de Aritz Aduriz a los 11 minutos, con un remate picado sobre Pau López. Pero ese detalle dio paso a la exhibición del equipo entonces entrenado por Sergio González, dominador pese a plantar a hasta seis defensas en la alineación, hasta que Víctor Sánchez, que jugaba infiltrado por un esguince de tobillo, estableció sobre la media hora con un golazo el definitivo 1-1. Se sucedieron entonces las ocasiones clarísimas de Sergio García, Christian Stuani, Felipe Caicedo… Y el cabezazo al palo de Víctor Álvarez, a centro de Lucas Vázquez. La sensación de superioridad llevó al espanyolismo a la euforia, si bien lo acabaría lamentando.
Pagó en exceso el Espanyol acaso esa confianza, tal vez también el hecho de que entre la ida y la vuelta pasó prácticamente un mes, hasta el 4 de marzo. Esa velada el autocar perico asistió a otro recibimiento, pero en loor de multitudes. Y dentro del RCDE Stadium el sueño se disipó pronto. Concretamente, los 13 minutos que tardó Aduriz en establecer el 0-1. Luego Xabier Etxeita remató la eliminatoria. En Cornellà se convirtió en pesadilla la gran noche de San Mamés, que sobrevive hoy como penúltima alegría, en el camino de retorno a La Catedral.