El día más largo del San Tirso
El entrenador se habrá levantado a las 3:15 para trabajar. En la plantilla, fruteros, cerrajeros, fisios... Y delante, hoy, el Espanyol. “La Copa mola, aunque más molaría jugarla en Mabegondo”.
Suena el despertador de Fabio Rodríguez a las 3:15 de la madrugada. Un cuarto de hora después, entra a trabajar en un centro de logística de una conocida cadena de supermercados. Hasta las 12:30. Almorzará, tratará de echarse una siesta. Y a Riazor. El entrenador del San Tirso Sociedad Deportiva apenas suele dormir tres horas, pues las tres jornadas semanales de entrenamiento acaba sobre las 22:00 y encima lleva a cuatro jugadores en su coche a sus casas. Pero es que este jueves, el día será especialmente largo para él y para toda la parroquia de Mabegondo, con unos 800 habitantes y 200 socios. Llega el Espanyol, un Primera, en el momento deportivo más importante de sus vidas (sigue el partido en directo en As.com).
“Para llegar hasta aquí, a jugar contra el Espanyol, hemos tenido que superar 14 partidos”, pone en valor Rodríguez, en distendida conversación con AS, a pesar de reconocer que “lo de estas dos últimas semanas no es normal, está siendo de locos”. También lo es la trayectoria del equipo, de Preferente Gallega (el equivalente a la sexta división estatal), en los últimos meses. Porque, además de quedarse a cinco puntos del ascenso a Tercera RFEF, su mejor clasificación histórica, se proclamaron campeones de la Copa de A Coruña (también en Riazor), de la Copa Diputación y de la Supercopa de Galicia, amén de superar por los penaltis al Selaya cántabro en la eliminatoria previa de esta Copa del Rey.
El ‘héroe’ que no pudo celebrarlo
La situación laboral del entrenador no es ni mucho menos excepcional. Que se lo digan al portero, Adri Suárez, héroe en los penaltis ante el Selaya, que no pudo celebrar ni ese hito ni la Supercopa porque nada más finalizar sendos partidos tuvo que irse corriendo a trabajar, ya que su turno empezaba a las diez de la noche, en un centro logístico de la firma gallega de ropa más internacional.
Cuenta la plantilla del San Tirso también con tres estudiantes de Educación Física (INEF), tres fisioterapeutas (uno de ellos trabaja en el Baxi Ferrol, de la Liga femenina de baloncesto), dos fruteros, dos educadores infantiles, un cerrajero o un terapeuta ocupacional, entre otros. “Muchos llegarán al partido directos desde de sus empleos”, advierte su técnico, “aunque lo bueno de esta eliminatoria es que el viernes es festivo”, añade, aliviado. Y, mientras, la expedición del Espanyol irá desde Barcelona y volverá el mismo día en avión.
Al San Tirso le embriaga el “envoltorio” del partido ante los pericos, como lo llama Fabio Rodríguez: “La preparación, la previa, jugar en Riazor con camisetas serigrafiadas, nuestras fotos en el marcador… Será la primera y seguramente la última vez que jugaremos contra un Primera. Porque luego en el campo vamos a sufrir muchísimo, la diferencia es abismal”, asume.
El coste de jugar en Riazor
Y llega una reivindicación muy justa: “Para nosotros, jugar en Riazor es la h…, ya jugamos allí la final de la Copa de A Coruña, pero nos apena no poder jugar en nuestro campo”. Efectivamente, O Monte no cumple los requisitos exigidos por la Federación, pero el preparador del San Tirso argumenta: “La Copa mola, sí, pero más molaría si la parroquia de Mabegondo pudiera ver el partido en casa. Ya que nos hemos ganado jugar esta eliminatoria y ante un Primera, sería lo justo”.
No en vano, y aunque al final los números saldrán, económicamente tampoco es la gran bicoca jugar en Riazor. Cierto es que el club ingresa 30.000 euros (unos 27.000 netos) por haber alcanzado esta eliminatoria de Copa, pero el coste del estadio del Deportivo -con el que el San Tirso tiene un convenio para que sus infantiles y cadetes de primer año puedan militar en División de Honor- ronda los 14.000 euros, entre iluminación, seguridad, el arbitraje, la sala antidopaje… Y, aunque hay 4.500 entradas a la venta (solo se abrirá la Tribuna Inferior y Superior), la entidad ha decidido ponerlas a solo diez euros y se les deberá descontar el IVA a su ganancia.
Es por eso que, preguntado por si han pedido alguna prima a la directiva, responde Rodríguez, sonriente: “No, nos conformamos con una buena cena”. Y apostilla: “Los chavales del equipo están pensando en que los jugadores del Espanyol sean generosos con las prendas”. Dicho queda.
“A ver si se mantienen las rachas...”
Reconocen en el San Tirso que el Atlético de Madrid era su principal predilección en el sorteo, “los chavales por repercusión y el club, por hacer más caja”. “Pero luego te paras a pensar, ves las temporadas que lleva el Espanyol en Primera… y es una auténtica burrada”, reconoce su entrenador: “Los más jóvenes no se acuerdan, pero yo al Espanyol lo tengo en alta estima porque la Liga del Depor coincidió con la Copa que ganaron en Mestalla, luego se enfrentaron en la Supercopa… ¡Y tiene cuatro Copas!”.
Se temen en la parroquia de Mabegondo que el San Tirso va a “pagar los platos rotos” de los últimos resultados pericos en la Liga, por mucho que los orígenes de Manolo González se sitúen en Galicia, si bien no pierde Fabio Rodríguez el sentido del humor: “Ya les dije en broma que a ver si cae una alineación indebida o si, al menos, se mantienen las rachas: nosotros no hemos perdido en casa y el Espanyol aún no ha ganado fuera”.
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