De Marcos: “Nadie debe nada a nadie, pero la Copa la vamos peleando cada año”

Las mariposas, a apenas tres días de la gran final de Copa ante el RCD Mallorca en La Cartuja de Sevilla, afloran en el estómago de Óscar de Marcos y del resto de los leones: “Lo llevamos como podemos, eso genera mariposas...”, reconoce. Llevo quince años, otros uno, para todos sería único, siempre se ha soñado”, remata. Disfruta de la semana “para no ir con ansiedad”. Ve al equipo “convencido y preparado”.

En el centro de Bilbao, donde vive y acude al parque con sus hijos, “muchos intentan no hablarte de la final, es inevitable que te digan como estás y te den ánimo, hace que el Athletic sea diferente”, significa uno de los capitanes del Athletic. “Por la tabla hace que vayamos con el rol de favoritos, lanza resignado y piensa que el dicho de que a la entidad la Copa “le deba una” no la vas a ganar. “Nadie debe nada a nadie, pero la vamos peleando año tras año y que la peleamos no significa que sea fácil repetir cada año”, desliza. Evita además “suposiciones” en cuanto a retos o promesas personales de los jugadores del plantel.

La decisión sobre su futuro la aparca por el momento: “Ahora mismo ni me lo he planteado a tres días de una final de Copa, después de la final ya se verá”, despeja sobre su contrato, que espira el 30 de junio. Ahora se acuerda de excompañeros que ya no pertenecen al equipo: “Somos la cara visible, pero estos días pienso en mis excompañeros que lo han intentando, de otros ni llegaron a intentarlo. Estamos de paso y vamos dejando nuestro legado, dejaron otros más complejas para que ahora podemos ganar una Copa y son parte de este final”, repasa el lateral de Lafuerdia, al que Bielsa le mandó flores: “Fue un orgullo escuchar esas palabras y que él lo piense respecto a mí. Y sabe lo que pienso de él, ya se lo hice saber. Muy agradecido”, subraya.

De Marcos focaliza la preparación en la consciencia de la empresa: “En las finales la cabeza juega una parte muy importante por la responsabilidad que te metes por las ganas de agradar y eso te puede jugar una mala pasada. El control mental es complicado y es en lo que debemos trabajar. Hay que estar mentalmente muy bien preparado”. Delante, un Mallorca desinhibido y rocoso, sin tanta presión: “Vimos la mentalidad como afrontaba en semifinal, que la disfrutaban, se lo tomaban como una fiesta y eso les hizo jugar sueltos, Es una buena mentalidad”, alerta.