Dalisson vuelve a sacar a bailar a la morocha en Pasarón
El golazo desde el centro del campo ante el Mallorca confirma al del Pontevedra como uno de los nombres propios de esta Copa del Rey.
La mujer gallega ha sido, tradicionalmente, con carácter, empoderada; iba a la era con los animales o a la orilla a mariscar. La moderna, además, baila; le hacen bailar. En Pasarón, ‘los prohibidos’ los tira al son que marcan los goles (golazos) de Dalisson. Gracias a uno de los nombres propios de esta Copa del Rey, baila la gallega, baila la morocha y baila todo el que tenga un mínimo de simpatía por el Pontevedra, que eliminó al Mallorca en una nueva exhibición del modesto equipo de Segunda RFEF.
El atacante de Cabezón de la Sal (Cantabria), que ya había sido decisivo contra el Villarreal, con un potente disparo que se coló por la escuadra amarilla, hizo estallar de júbilo a las 10.000 personas que acudieron al estadio lerezano con una genialidad desde tres cuartos de campo: la controló en cortito, levantó la cabeza y, sin pensarlo, al ver a Leo Román adelantado, tiró fuerte, pero con precisión, tanta que el balón entró por la escuadra, poniendo por delante a un ya entonces firme Pontevedra.
El atacante de origen brasilero creó muchos problemas a la defensa mallorquinista al no referenciar, pues, aunque jugó en punta, no es un ‘nueve’. La pizarra de Yago Iglesias sorprendió al plantel de Jagoba Arrasate al intentar sacar de su zona a los centrales con un futbolista de gran dinamismo y de una calidad técnica exquisita, que mediapunteó y dejó detalles como un taconazo con el que generó una de las varias transiciones con las que los granates pusieron en aprieto a los bermellones.
No en vano, reza la canción que “no puede hacer todo el campeón”, que quiere “que juegue la banda”, y así lo hizo el ‘Ponte’; sobre todo, un Yelko Pino que acompañó a Dalisson como goleador y le secundó como pieza importante. Suyo fue el segundo gol, en una de esas veces que los pontevedreses corrieron, apareciendo dentro del área para, con una volea, seguir haciendo soñar a Pasarón. Y no acabó ahí la cosa, porque si algo ha demostrado el líder del Grupo I de Segunda RFEF es que tiene fútbol; juega el balón con precisión y presteza y es decidido a la hora de atacar y presionar, y por eso Rufo hizo el tercero. A la postre, el Mallorca apenas le inquietó.
Ni Valladolid ni Racing
‘Dali’, como se le conoce también a la estrella del Pontevedra en esta Copa, está en los mejores números de su carrera, pues el marcado al Mallorca fue su décimo tanto de la temporada. Así, en apenas medio curso ha roto el registro de la pasada, cuando anotó nueve, más que los que había hecho en las canteras del Real Valladolid y del Real Racing Club, por las que pasó en su etapa formativa. En Los Anexos estuvo desde cadetes hasta su primer año sénior, y en La Albericia militó una campaña, en la que debutó en Segunda. Como de blanquivioleta, hizo buenos números como racinguista, aunque estos solo le bastaron para jugar siete minutos en la categoría de plata.
A orillas del Lérez y a sus 24 años ha alcanzado una madurez futbolística que le sitúa bajo los focos, y más, con el mercado de enero recién abierto y después de que el club rechazase propuestas por él de clubes de Primera Federación. “Lo que estamos haciendo es un escaparate para todos, no solo para mí”, afirmó tras dar cuenta del Mallorca en una rueda de prensa marcada por la ilusión, la misma con la que el vestuario granate sacó al centro del campo a bailar a la morocha, rodeada de más de 10.000 almas que aguardan a su tercer ‘primera’ en el sorteo del próximo miércoles.
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