Bellingham se apodera del Madrid
El inglés compensa su sequía (más de un mes sin marcar) siendo el jugador total de los blancos: primero en regates, en recuperaciones, en pases en último tercio, en ocasiones creadas...
El Real Madrid volvió de Arabia Saudí con el primer título de la temporada en el bolsillo, la Supercopa, y apenas cuatro días después de levantarlo vio cómo se le escapaba de las manos otro sustancialmente más importante como es la Copa del Rey. En el Metropolitano, el equipo blanco pagó la intensidad acumulada y la motivación extra con que llegaba un Atlético que llevaba rumiando la revancha desde las semifinales de la Supercopa en Riad, hace poco más de una semana. Fue un duelo vibrante que se llevaron los de Simeone en la prórroga y que, a falta de la clasificación para cuartos, dejó en el Madrid la sensación de que Bellingham ha dejado el rol de puro goleador para convertirse en el centrocampista total que buscaba cuando le firmó.
Eso, claro, no significa que renuncie el Madrid a los goles del británico; de hecho, siguen haciendo bastante falta y la pequeña sequía que está viviendo últimamente está haciendo mella, si bien la están supliendo goleadores esperados (Joselu ya lleva 11 dianas) y otros más sorprendentes (Rüdiger, Carvajal y Mendy marcaron ante el Atleti en semis de la Supercopa). Bellingham no ha visto portería en los últimos cinco encuentros del Real Madrid; la última vez que abrió los brazos en señal de celebración fue el 17 de diciembre, hace ya más de un mes. Sus cifras, son todo, siguen siendo las de un asesino del área: 17 goles y 7 asistencias en 25 partidos. Pero bien podría usar Ancelotti sus tantos próximamente para seguir encarrilando la Liga: este domingo espera el Almería, al que le hizo su primer doblete de blanco.
En el Metropolitano no marcó, aunque sí asistió: le entregó a Joselu el 2-2 con un centro medido para la cabeza del delantero cuando todo el mundo se esperaba que rematase a portería. Y, más allá de su influencia en el marcador, lo suyo fue crear juego desde el mediocampo, una labor en la que se especializó en el Dortmund y con Inglaterra y en la que andaba algo más tímido en el Madrid, centrado en ser el finalizador del equipo en muchos momentos.
El británico fue el segundo que más remató del Madrid (tres veces) y también estuvo en el grupo de los que chutaron entre palos (sólo Vinicius lo hizo dos veces); fue el jugador blanco que creo más ocasiones de gol (cuatro); el que más pases completó en total (77) y también el que completó más en el último tercio del campo (27); fue además el mejor regateador del equipo (seis de ocho intentos) y también el mejor recuperador en fase defensiva de entre los jugadores de campo (ocho); nadie intervino en el Madrid más que él (117 veces), tampoco entre todos los jugadores del Atlético de Madrid.
Y todo ello, en una dinámica en la que no puede terminar de sentirse cómodo en una posición, pues sabe que las posibilidades de le muevan de sitio son altas para que Ancelotti vaya haciendo modificaciones en el dibujo en busca de reparar las fallas que van saliendo. Bellingham arrancó la temporada como ‘falso nueve’ en un rombo en la medular para que se aproximase a posiciones de remate y compensase la ausencia de Benzema. El plan funcionó: 10 goles en las 11 primeras jornadas de Liga y cuatro en la fase de grupos de la Champions. Pero ese rombo creaba desajustes en los flancos y dejaba muy desasistidos a los laterales, por lo que Carletto cambió a un 4-4-2 en el que Jude es interior izquierdo, aunque con libertad para moverse por todo el campo, como se puede ver en su campo de calor del encuentro.
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